Puente de Ureña

Rafael / Duarte

Teresa de Jesús

El liceo del Sagrado Corazón de Jesús, sede del primer convento carmelitano de La Isla, ha convocado el Premio San Juan de la Cruz para alumnos de la comunidad educativa. Y esta vez, se puede cantar a Santa Teresa. Teresa, la primera mujer doctora de la Iglesia, reformadora, fundadora de conventos, rival de Santiago por el patronato de España, gloria de las letras castellanas, reconocida su autoridad por la Real Academia Española.

Teresa la poeta mística. Teresa, la que justamente, arrancó en su santificación desde, desde el Concilio de Trento, largo y puntilloso. Su canonización fue sonada y subió a los altares en 1622, en compañía de San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y el patrón de Madrid, San Isidro el Labrador. Pero, adelantándose a Roma, las Cortes de Castilla proclamaron a Teresa patrona de España en 1617, lo que abrió una encarnizada polémica entre teresianos y jacobeos, que defendían la posición de Santiago Apóstol como único patrón. En esa diatriba estuvo, como no, Quevedo, el gran poeta polémico, el ingenio más agudo de su tiempo, que al ser caballero de Santiago consideró cuestión de honor salir en su defensa, y escribió un apasionado Memorial por el Patronato de Santiago que le costó, como tantas otras veces, el destierro.

En documento de la época se recoge que "El afán que había por nombrar santa a Teresa de Ávila llevó a exhumar su cadáver antes del año de su muerte. Y lo que se buscaba era hallar el cuerpo incorrupto, un olor agradable, indicios de la santidad del difunto. Presidió la exhumación el padre carmelita, Jerónimo Gracián, una de las lumbreras del Siglo de Oro español, literato, médico y matemático, y apareció el cuerpo incorrupto, no momificado, sino flexible. El padre Gracián procedió al macabro rito de amputarle una mano, que envuelta en una toquilla llevó a las monjas carmelitas de Ávila, aunque seccionó el dedo meñique y se lo quedó para él".

Es muy curioso comprobar que al Apóstol Santiago, también fue mutilado, cortándosele la mano izquierda, regalada a la Emperatriz Matilde de Inglaterra, quien la depositó en la Abadía de Reading.

La mano de Santa Teresa, la reliquia, desapareció durante la guerra civil, y Reapareció en la maleta del coronel Villalba, comandante en jefe republicano en Málaga, olvidada en su rápida retirada ante el avance de las tropas nacionales, y fue entonces, el jefe máximo de la rebelión, Francisco Franco, quien se la quedó como objeto de devoción particular que guardaba en su dormitorio. Esa reliquia vino a San Fernando en mi niñez y fue adorada por nosotros en el Carmen.

También la mano de Santiago se perdió en las Guerras de Religión y con ciertas reservas, se encuentra en la casa rectoral del párroco de Marlow.

La guerra entre los dos patrones continuó en 1812, cuando las Cortes de Cádiz proclamaron a Santa Teresa copatrona de España. Proclamada aquí en la cuna de la Libertad. Aquella España orgullosa de sus valores. Y no como ahora. Santa Teresa unida a la Isla, en la religión y en la historia, para siempre.

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