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Las dos orillas

josé Joaquín / león

Andalucía no es Grecia

AUNQUE han coincidido en la actualidad política se debe explicar que Andalucía no es como Grecia. Ni es probable que suceda lo mismo. Para empezar en esta nuestra comunidad no puede ocurrir que la lista más votada gobierne con el 36,34% gracias al regalo de 50 escaños (cincuenta) concedido al partido que ganó las elecciones. Aunque representando a poco más de un tercio de los electores. Ni tampoco sería imaginable que un grupo de derechas escindido del PP (algo así como Vox) pactara con el Podemos de Pablo Iglesias, aunque nunca se sabe. Aquí es raro hasta que pacten el PP y el PSOE, que sería más coherente, en según qué circunstancias.

Así que Susana Díaz puede convocar las elecciones sabiendo que no va a salir elegida como presidenta Teresa Rodríguez o algún otro u otra de semejante nivel político subterráneo. Al menos, desde un punto de vista estrictamente matemático. En las últimas elecciones autonómicas el partido más votado fue el PP, con el 40,66% (más que Syriza en Grecia), pero no gobernó nunca Javier Arenas por dos motivos: 1. Porque la normativa vigente aquí no contempla el regalo de 50 escaños al teórico vencedor. 2. Porque pactaron el PSOE e IU para poner como presidente a Griñán, que obtuvo el 39,52%.

Susana Díaz ha elegido el momento en función de sus intereses electorales particulares. Es lo habitual. No se conoce a ningún dirigente político tan necio como para convocar unas elecciones cuando más le perjudique. Al menos a priori. Porque vivimos tiempos revueltos. Y a veces, en pocos días, las cosas cambian una barbaridad, por un corrupto de lujo que entra o sale, o bien por algún milagro inesperado.

Hasta puede ser que a Susana le fallen las cuentas. A las electorales me refiero, porque habrá que ver cómo funciona Syriza en sus dos primeros meses hasta que se vote aquí. De repente, todos los ojos políticos se han vuelto hacia Grecia. No debería deslumbrarnos. Se trata de un país arruinado, donde la corrupción no es sólo política sino que afecta a casi todos los estamentos sociales, y donde se junta que ellos están hartos de los alemanes (que les han costeado las trampas, aunque no gratis) y que los alemanes está hartos de ellos (por el lastre que suponen para Europa).

Pero Andalucía no es como Grecia, ni ese debe ser su ejemplo. Cierto presidente andaluz, en un ataque de euforia, dijo que la veríamos como la California del Sur.

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