La Corredera

antonio Morillo

El precavido

LLEGA un médico nuevo a un pueblo. La primera mañana, en un bar, toma café y se le acerca un vecino a saludarlo. "¿Es usted el médico nuevo? Me alegro de conocerlo. Este es un buen pueblo, se encontrará usted a gusto. La gente es buena, sólo que ha de tener cuidado porque a todo el mundo se le pone un mote". El doctor le responde de inmediato: "No hay problema, yo soy precavido". Y el vecino responde "no se hable más, quedará usted como el precavido".

Me he acordado del tema leyendo en un dominical a un conocido articulista, que de suyo lejano de la izquierda, escribe por lo que pueda venir en los próximos comicios, ganando méritos para el futuro. Y esto lo ligo con un libro que releo, las memorias de A. Alcalá Galiano, en el que cuenta las acechanzas de los que se hicieron afrancesados con el napoleónico rey José y luego se cambiaban la camisa al pairo de la retirada de las tropas imperiales. Y es que esto sucede siempre.

Pues este hombre, no importa el nombre porque es una especie autóctona, primero -¡oh Dios!- critica nada menos que el consenso logrado en la Transición; que tal consenso era sólo para repartir las parcelas entre la derecha y la izquierda, su fin el control oligárquico del poder y que borraba de las conciencias la noción del bien común, bla, bla, bla... Es como decir en otras palabras lo que pregonan algunos de que la Constitución del 78 es un papelucho. En otro artículo condena a los que critican el populismo pues aduce que la misma democracia, por sus falsas promesas, porque no es del pueblo ni para el pueblo, también es populismo barato. ¿Me siguen ustedes?Termina diciendo que son la peste y el cólera comparado con el catarro.

Aparte de la barbaridad que encierran semejantes consideraciones, por muy bien escritas que estén y aderezadas con citas eruditas, olvida lo elemental, que la democracia es un árbol que siempre hay que regar, podar y cultivar. Pero porque eche un muñón o tenga una plaga, no por eso hay que cortarlo y sustituirlo por una zarza mora.

P.D: Precavido para un médico es acertado, porque es fruto de su profesión, de su ética y de su vocación. Pero al precavido, ut supra descrito, la gente en el pueblo le llamaría 'El chaqueta'.

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