Su propio afán

enrique / garcía-máiquez

Por otro camino

MI especialidad son los buenos propósitos. Los hago sin cesar. Los propósitos, como su nombre indica, son buenos…, como mínimo para hacer algo. Si luego se hace algo más, resultan imprescindibles para culminar cualquier proyecto. Como el 1 de enero no hay prensa, no pude escribir un artículo de ánimo a las listas de propósitos. Últimamente se impone un cinismo de vuelta de todo, que se dice: "Para qué voy a proponerme nada si luego no cumplo". Se sigue sin hacer nada, pero sin mala conciencia. Y contra eso hay que luchar: defendamos al menos la mala conciencia, que es muy buena.

Cuando estaba resignado a que ya no escribiría ese artículo, me sorprendió leer ayer en el Evangelio que los Reyes Magos, tras adorar al Niño, se marchan "por otro camino". Pocos textos han tenido tanta trascendencia cultural y popular como el brevísimo de San Mateo donde relata la historia de los Magos. Si se estableciese una ratio entre número de palabras originales y la cantidad de literatura secundaria desarrollada, el caso de los Reyes de Oriente sería de libro. Por eso me extraña que no se haya sacado más jugo interpretativo a ese "por otro camino".

De acuerdo que el propósito (precisamente) era no alertar al rey Herodes, que se las gastaba como un personaje de Juego de Tronos, con esa mezcla obtusa de histerismo, puerilidad y maldad. Pero el caso es que los Reyes, tras su encuentro con Jesús, decidieron cambiar de rumbo. Ahora que acaba la Navidad y hasta las navidades, o sea, ahora que dejamos atrás al Niño en la cuna, es el momento de tirar "por otro camino". Eso es volver sin estar de vuelta. Incluso los regalos de ayer, si lo pensamos, traían el mensaje. Cada ropa que estrenamos pide en silencio que nos estrenemos con ella. Otros regalos son aún más claros. Un reloj, aunque no sea de sol, nos incita a aprovechar mejor el tiempo. Qué fecundas conversaciones tendremos con un nuevo móvil, nos decimos. Se acabó hablar de tonterías y retuitear chistes tontos. Los juguetes de los niños van acompañando un crecimiento y exigiendo un cambio. Inauguran una edad y demandan un esfuerzo -gustoso- por estar a la altura.

Lo del día 1 tras las uvas queda espectacular para los buenos propósitos, pero hoy aún podemos seguir la estrella (de vuelta) de los Reyes Magos, que eran muy sabios y burlaron a Herodes. Regresamos al trabajo y a la vida cotidiana: es el momento de coger por otro camino.

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