Crónica levantisca

juan Manuel / marqués Perales

Peaje o desdoble

VAMOS a ver, ésta es el tipo de pregunta que debe ser rechazada por engañosa. Hijo mío, a quién quieres más: ¿a tu padre o a tu madre? ¿Qué prefieres que eliminemos el peaje de la autopista Sevilla-Cádiz en el año 2019 o desdoblemos la N-IV como autovía paralela?

Comencemos por el peaje de la autopista, y su presunto final el 31 de diciembre de 2019. Esta carretera se inauguró en 1973, de tal modo que cuando llegue esa fecha, las sucesivas empresas concesionarias habrán tenido 46 años para amortizarla, además de haber obtenido sus justos beneficios. Esta autopista debería de haber dejado de ser de pago hace muchos años, pero los tres partidos que han gobernado España -UCD, PSOE y PP- prorrogaron en tres ocasiones el peaje. Se puede alegar que la carretera requiere un gasto de mantenimiento muy alto debido a que parte de su trazado transcurre por la marismas del Guadalquivir, de tal modo que los respectivos gobiernos han preferido no asumir nunca ese gasto a pesar de que la provincia de Cádiz es la única de Andalucía que no está conectada por doble carril con el centro de su comunidad autónoma.

Con estos antecedentes es preferible seguir en el escepticismo, a pesar de que el presidente de la Confederación de Empresarios de Cádiz, Javier Sánchez, ha conseguido que el Ministerio de Fomento le certifique por carta que el peaje se eliminará en 2019. Todos los partidos han llevado en su programa el final de este pago, y ninguno lo ejecutó después, de modo que podemos calificar de gran milonga esta promesa; digamos que su letra está al mismo nivel de credibilidad que las Ciudades de la Justicia, pues nunca tan pretencioso nombre ocultó tal fiasco.

Ahora bien, aunque fuera cierto el final del peaje en 2019 no justifica el tortuoso trazado que aún conserva la N-IV, paralela a esa autopista. Diríamos que muchos tramos, desde Los Palacios a El Cuervo, son incompatibles con la vida a largo plazo y que su diseño incluye elementos tan peligrosos como incorporaciones de carriles de vehículos lentos en cambios de rasante. 1.200 camiones pasan todos los días, según los datos de Fomento, por esta carretera que tiene la extraña condición de transcurrir por toda y cada una de las escasas lomas que vigilan el Bajo Guadalquivir. Tiempo ha habido para eliminar los tramos más peligrosos, y en cualquier caso la milonga del peaje no puede justificar que no se construya la autovía.

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