MI amigo Jerónimo es el menor de sus hermanas que, junto a su padre y su madre, han vivido del campo toda su vida. Sí, aunque parezca increíble es así de cierto: siempre han vivido del campo. En la actualidad andan a la búsqueda de nuevos cultivos, de esos que después de la millonaria inversión en los Riegos de los Llanos de Villamartín iban a ser la panacea de todos los habitantes de este pueblo de la Sierra de Cádiz.

Este año, con la ayuda de algún familiar, decidieron sembrar productos que a la vez necesitaran mano de obra, es decir, posterior manipulación. Y sembraron ajo morado y garbanzos, de los que antaño tenían fama en el lugar.

Alquilaron una nave en un polígono de la localidad, contrataron personas que clasificaban y envasaban ajos y garbanzos, etc. Pero el tiempo pasa, y los ajos y los garbanzos no salen de la nave. El precio, o la falta de comercialización, están a punto de dar al traste con la inquietud que ha movido a sus padres y hermanas a tamaña aventura.

Y es que en Villamartín, casi como el conjunto de Andalucía y del país, la agricultura ya no es un sector económico pujante. Antaño si lo era, e incluso en Villamartín se llegó a invertir una ingente cantidad de euros para poner en riego la extensa y muy fructífera vega de Los Llanos de la Mata.

En España, según ATTAC, la agricultura ha pasado a ser una actividad residual porque ocupaba al 70% de la población activa a principios del siglo XX, y actualmente emplea a tan solo el 4,3%. Esto obliga a que cada vez más agricultores abandonen la actividad en beneficio de explotaciones cada vez más grandes y, lo peor, en manos de menos gente.

Y es que la especulación ha convertido la agricultura en un sector que lo hace funcionar muy poca gente y, además, con incursiones en la comercialización. Esto hace que el precio que se paga en origen sea infinitamente menor que el que pagamos en el frigorífico de cualquier cadena de supermercados que están establecidos en nuestro país.

A todo lo expuesto, hemos de sumar el aumento de los costes que impiden que el precio, manejado obviamente por esta especie de supermonopolio, sea imposible de igualar con el de otras zonas de Europa e incluso de fuera de ella. La diferencia de lo que pagamos por el producto y lo que cobra el agricultor en origen se multiplica por 4,52, según el índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos.

Jerónimo y su familia ofrecen productos locales, productos de toda la vida, productos que no pueden incluirse en el mercado porque este es casi un monopolio y entran quien ellos dicen. Pero, y digo yo a mis cortas luces: ¿No tiene ningún remedio esto? Porque algo habrá que hacer.

Hace unos meses, a iniciativa de unos parados de larga duración en Villamartín, se lanzó una propuesta que estuvo respaldada por un importante número de firmas, en la cual se solicitaba a las autoridades que impulsaran de una vez el riego de Los Llanos de Villamartín, que revertiera en la sociedad lo invertido en ellos por la Administración. La comunidad de regantes de Los Llanos cogió el testigo y al final todos llegamos a la misma conclusión: la mano de obra ya no está en el campo; la mano de obra está en la manipulación, que es precisamente lo que ocurre en Villamartín y en otras tantas zonas.

Pero la gran pregunta es: ¿tienes esto posibilidades de cambiarse? Es decir, ¿podrían manipularse en origen lo producido en el campo? Experiencias hay y ahí está la Cooperativa Los Europeos de Alcalá del Valle, por ejemplo, o la comercialización a pequeña escala de la Cooperativa de productos ecológicos La Verde de Villamartín.

Sentimos en días pasados una enorme satisfacción al conocer la propuesta del consejero de la Presidencia de la Junta, que en su visita a la Sierra de Cádiz vino a afirmar que esta comarca no había tenido muchas posibilidades de diseñar su propio futuro, y que ahora tenía la oportunidad de iniciar una estrategia que decida su futuro. Pero, con todo el respeto, no entendemos lo que quiso decir el consejero. Entonces, ¿los Llanos de Villamartín no formaba parte de ninguna estrategia?… me lo expliquen, como decía un popular ventrílocuo de televisión de años pasados.

De todas formas tengamos confianza en esa estrategia que dice el consejero que se va a diseñar. Mientras tanto tenemos el Programa Emple@30+ para ir tirando.