La azotea

melchor / mateo

El motor de una mirada

NO sucumbir a la resignación, al dar por hecho que las cosas vienen y son imposibles cambiarlas. Hay padres que sacan fuerzas de donde no las tienen para tirar adelante. Tienen como motor la mirada expresiva de sus hijos aunque ésta no venga acompañada de palabras o movimientos. Su vida se convierte en el único objetivo de que aquellos a los que la naturaleza o el destino le ha jugado una mala pasada puedan tener la mejor calidad de vida posible. En los últimos días hemos conocido la iniciativa de los padres de las niñas con Síndrome de Rett pero podrían ser de autismo, de niños con parálisis cerebral o lo que sea. Cuando unos padres se proponen algo, el mundo puede cambiar. Aunque sea una batalla con largo recorrido y, a veces, se caiga en la desesperación, la recompensa de una mirada de agradecimiento compensa parte del sufrimiento y para seguir en la batalla.

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