Efecto Moleskine

ana Sofía / pérez-bustamante /

Apoteosis del ángel de repuesto

AVeces, sin haberlo previsto, uno llega al Sitio S la Hora H del Día D. Un cartel dice: "Al Belén Viviente: por ahí". En Zahara de la Sierra "por ahí" es siempre cuesta arriba. Primero vimos ángeles sueltos por la calle, con jersey cuello-cisne y nimbo de pluma blanca. Luego la plaza con sus aborígenes a la moda año cero, arracimados en tiendas y soportales. Junto a un árbol de Navidad una nidada de pastores -si pequeños, nunca inofensivos- achuchando a una cabrita de nombre Chupachús. Luego una cuesta llena de gente expectante, monjitas que subían y bajaban con papeles en la mano, una ronda de pastoras talludas y cantantes. Óscar a la mejor interpretación: la arcángela Gabriel, que se le aparece a la Virgen girando en círculos con cortesía antigua y muy celeste. María es apocada y guapita. Gran papel el de San José, varón atribulado, y muy didáctica la "voz en off": "Niñas, en aquel tiempo, si una mujer tenía un niño sin estar casada, la mataban a pedrás". A todo esto un romano anuncia que los hebreos han de ir a empadronarse. Escrache popular del pueblo avasallado. Al gallardo pregonero, con su cresta de pollo, lo acompaña un sicario vestido como del Mossad, de camuflaje (un mensaje digno del papa Francisco).

Allá que marchan todos cuando María se pone de parto y José no encuentra posada. Una morenita graciosa instruye al Posadero 2 antes de que le toque abrir la boca: "Sáquese usté el chicle". (Se lo saca.) Nace el Niño y comienza la adoración. Jesusito entra en shock pánico y ha de ser evacuado por un comando que lo lleva al bar, a los brazos de sus mundanales padres. (Si tuviera que escribir un thriller, este escenario estaría muy bien para un brutal asesinato. "Calla, sociópata" -me autocensuro-).

Luego me acuerdo de mi madre y su trauma infantil: en el cole, de niña, le adjudicaron en la función de Navidad el papel de ángel de repuesto. (A quién se le ocurre, poner númerus clausus en el cielo). Pienso en mi madre niña, aquí, en Zahara de la Sierra, vestida de ángel resplandeciente. Bailando en círculos una pavana antigua. Anunciando la gloria: el pan con este aceite fragante, espeso, verde. La miel de romero. El fuego de leña y el misterio de las flores de sartén.

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