Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Efecto Moleskine

Ana Sofía / Pérez / Bustamante

Teresa GArcía Viruega

Andan mis libros revueltos desde que se han puesto a escribir la carta a los Reyes. Los de Juan Ramón Jiménez quieren estar en un aparte: una librería fina, con puertas de cristal y palillería inglesa, para hacer sublime piña con los místicos. Pero los místicos no se aclaran sobre quiénes lo son, y ahí anda la panda zen intoxicando, mientras George Steiner pontifica, Mircea Eliade guarda las formas y T.S. Eliot se siente fatal, dividido entre La tierra baldía y los Cuatro cuartetos. Los postistas, por si acaso, se han cogido una pea monumental y yacen revueltos con los poetas sociales en lo que pudiera llamarse un instante ecuménico. Santa Teresa anda entre pucheros preparando buena sopa para después de la resaca. (Una harira, por cierto: esa sopa-de-todo que preparan los musulmanes para romper el ayuno en Ramadán, y cuya receta le facilitó a Teresa el amigo Juan de la Cruz, una vez que andaban ambos saltando muros psíquicos en la noche oscura). Los manuales de literatura española se han resignado a perpetuar su estatus de ilustre mojama de inspiración decimonónica, nacionalista, en una ubicación visualmente más modesta. La Larousse en 24 tomos más suplementos conserva su lugar hegemónico (le seguimos ocultando la existencia de la Wikipedia, por no infartar). Desde el trastero aúllan los thrillers postergados. Donna León está supermolesta con O'Connolly ("ese psicópata, qué asco"). La grey poética (más venenosa que la universitaria, con perdón) anda a la greña en la sección de Antologías. Yo estoy muy aburrida de las ínfulas de mis libros. Así que este año les he pedido a los Reyes Magos que me traigan a la librera Teresa García Viruega, que me han dicho que se jubila de QiQ (antes, Librería de la Marina) y no me lo acabo de creer. Esta mujer, del tamaño de un gnomo, con unos ojos negros que no se veían desde Picasso, puede ser la mano de santo que ponga paz en mis libros. Por cierto, queridísima Teresa: no llegaste, que yo sepa, a resolver el enigma Adentro-Afuera de Ana Rossetti (dos poemas acertijos que salen en Llenar tu nombre). Ni tú ni Miguel Ángel. Y aquí seguimos Ana Rossetti y yo, examinándote de Amor, como buenas brujas que somos. (Please, contesta).

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