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javier / ríos

del eixample a andalucía

Hoy he cogido un tren al salir de trabajar, a eso de las 18:15 de la tarde. Haciendo zig-zag entre las grises manzanas del gris Eixample, cediendo cada cien metros el paso a los coches y su humo gris. Barcelona puede ser tan gris. Pensando en mis cosas, el tiempo ha pasado volando: no sabía que desde el Eixample se tardase tan poquito en llegar a Andalucía. Al salir del tren, algunas ventanas tenían macetas colgadas con geranios rojos o blancos, o rosas, o mixtos como muchos habitantes de esta zona. He entrado en una papelería, necesitaba comprar un cuaderno y un boli. Estaba en una plaza llena de niños jugando y por eso las vitrinas de gominolas de colores brillantes, plasticosas y deliciosas. No he podido resistirme y me he comprado unas cuantas para merendar, como cuando era chico en Cádiz. El acento del dueño de la papelería y de los niños y las madres de la plaza mientras avanzaba entre ellos comiendo el algodón dulce rosa y esponjoso me han hecho volver a la plazoleta del Hotel Regio en la que yo solía jugar. Esta tarde he vuelto a ser un gaditano de 11 años a sólo 11 kilómetros del centro de Barcelona. Sentado ya en el salón de actos a rebosar de andaluces, el anfitrión cordobés nos ha explicado por qué estaban allí y qué pretenden con esta asociación: luchar por mejorar el futuro de sus hijos y nietos, más recursos para los mayores, frenar la destrucción de los derechos sociales apenas disfrutados un par de décadas. Dice al final el cordobés que quiere la independencia, porque así dispondrían de muchos más recursos y de capacidad de garantizar el futuro de sus vástagos. Si no fuese porque estoy en Hospitalet de Llobregat pensaría que se refería a la de Andalucía porque, al fin y al cabo… ¿qué andaluz no querría todo eso para sí y sus descendientes? Me ha parecido interesante compartir con mis lectores del Diario de Cádiz que hay una asociación de castellanoparlantes en Cataluña que apuestan por la independencia y que en sólo unas semanas tienen 6.000 seguidores y llenan salones de actos en zonas que, como Bellvitge son casi como estar en Andalucía. Por el acento y por el color y la ilusión de crear un país mejor que transmiten, también. Pueden conocer a estos paisanos aquí: www.sumate.cat.

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