La tribuna

abel Veiga Copo

Trampolines políticos

TRAMPOLINES de ida y vuelta. Trampolines donde no siempre el mérito y el esfuerzo lo son todo, sino los contactos y la agenda que se presume de quien es cooptado directamente. Unos años luchando a codo partido para llegar a cúpulas, a listas, a ejecutivas y tocar gobiernos. Tampoco ha importado el mérito ni la preparación, por desgracia no siempre en política están los mejores, ni los más éticos ni los mejor cualificados. Los profesionales de la política han hecho lo posible para que aquéllos nunca estén, aunque no se puede generalizar.

Vocaciones de lo público y lo político, pero en este ruedo ibérico se busca el aprovechamiento, no como en el mundo anglosajón, donde la puerta se de ida y vuelta, aquí sólo para subir, para escalar, para apoltronarse. No importa si el coche es oficial o no, pero algunos no se han bajado de él en cuarenta años, primero ministros, luego diputados, luego a la gran empresa, a los grandes consejos de administración, pero ¿qué es más vergonzoso, el que les nombra o el que acepta, sabedores ambos que, en ocasiones, muchas, la cualificación es cero?

Algunos incluso no esperan al término de su mandato político, cohabitan, compaginan, no olvidemos la cifra real, más de trescientos políticos imputados en procesos penales. Ahí es nada. Espejo y reflejo de una sociedad enferma también. Luego al mundo de la empresa privada, a cualquier sector. No importa la cualificación, la preparación, la formación y los estudios. A estas alturas ya no importa, pero sí la agenda, sí el listado de contactos, la posibilidad de puertas abiertas. Es el nuevo nepotismo de estos tiempos de vacío y estío de pensamiento.

Expresidentes, exministros,exsecretarios de Estado, exalcaldes, lo que sea, siempre un ex, pero ante todo haber salido más o menos sin deterioro ni imputación de ningún tipo. El resto viene dado. Es la puerta giratoria para algunos. Vestigios y apellidos también de otras épocas y otros sistemas. Siempre el contacto, siempre la endogamia, siempre el favoritismo o, si se prefiere, la devolución del favor hecho años antes. Son los recodos sinuosos del poder.

Los recónditos, donde todo es efímero y lo mejor, al menos en emolumentos y retribuciones, viene después, al abandonar la primera fila política, también pública. No importa la adscripción política ni ideología. A estas alturas lo de ideología es secundario. Pasa siempre. Algunos se preguntan por el honor, pero ¿qué es honor cuando política e intereses personales y privados, sean particulares o colectivos de unos pocos se entrecruzan y también cortocircuitan?

¿De qué nos asustamos si es que nos asustamos? Uno pierde con los años la capacidad de sorprenderse. Lo ha visto también en la Universidad, en las facultades de Derecho donde se usa el trampolín para luego desembarcar en grandes y medianos despachos o asesorías jurídicas de grandes empresas. Carreras puramente académicas y consolidadas en lo científico acaban dentro de la inercia y vorágine de lo jurídico y legal donde la realidad supera sin duda a la doctrina. Adiós a las aulas, adiós a las vocaciones. Son de ida pero no de ida y vuelta. Es el atractivo que no cesa, bien remunerado. Lo mismo sucede en la política. Las estructuras cerradas y herméticas a toda discusión, a toda discrepancia de los partidos y sus aparatos consolidan a unos pocos e impiden la regeneración, las corrientes, la savia nueva. Endogamia y cerrazón en estado puro ante nirvanas de complacencia y permisividad total.

Escaleras que suben, puertas que se entreabren pero nunca la igualdad para todos. Se puede ser político, se puede ser ministro, se puede ser director general de una institución monetaria internacional, se puede ser asesor de consultoras financieras, presidir incluso una entidad financiera que es nacionalizada, e inmediatamente se es fichado por otro emporio que en el pasado era público y se privatizó siendo ministro de economía quién ahora es fichado. Así es la vida, así son las murallas chinas. Nada qua decir, nada que criticar en país de fariseos y envidiosos, pero ¿tendrán la misma oportunidad los seis mil empleados de la entidad financiera que presidió hasta hace unos meses entre halos de gran gestor quien tuvo que verse obligado a dimitir e incluso de le ha imputado, para obtener con casi seis millones de desempleados oportunidad igual? Huelga que digamos o profiramos respuestas alguna.

Este es país corrupto y caciquil, hasta los tuétanos. Lo permite todo, lo aguanta todo o casi todo. El escrúpulo y la ética apenas tienen red. Es lo que hemos forjado. Algunos que se creen más listos, saben subirse al trampolín, pero, mejor aún, saben cuándo hay que dar el salto y la piscina está llena, para el resto no. Hagan juego, ¿quién gana?, ¿quién pierde? La partida continúa y es reiterativa.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios