José De Mier Guerra /

El río Iro y la nutria

Hace demasiado tiempo que no se le hace nada bueno a nuestro río Iro, desde que se le quitó el puente presa, no se ha vuelto ha actuar, en sentido positivo, sobre el cauce de un río del que sabemos las muchas ocasiones en que se nos ha cabreado porque no soporta tanta tensión urbana ni la inmensa e intensa agua como le puede llegar.

Demasiados son los años en que los cauces del Iro y de todos los arroyos que actúan como afluentes del mismo, el Salado de Chiclana, Palmetín y Valsequillo por la margen derecha y el arroyo de la Cueva por la izquierda, no se han tocado y por consiguiente han sufrido grandes aterramientos, debido al efecto de las lluvias torrenciales sobre los suelos por donde transcurren, labrados y cada vez con menos vegetación de árboles y arbustos. En contraste, la vegetación en los cauces ha crecido de una manera excesiva y alarmante transformándose estos en una densa y frondosa jungla. Ya ha pasado el mes de Noviembre, que suele ser el mes que estadísticamente nos proporciona mas cantidad de lluvia y hasta ahora las nubes y los grandes aguaceros nos han tratado bien y parece que aunque se están recogiendo importantes precipitaciones, estas están cayendo de manera suave y provechosa para el campo y sin producir grandes y peligrosas escorrentías. Pero nunca es bueno bajar la guardia ni tan solo acordarnos de cuidar al río únicamente cuando se desmelena.

La capacidad de los cauces se está haciendo sensiblemente menor por causa de los aterramientos. Las mareas, debido a la mayor altura que alcanzan los lechos de los arroyos, penetrarán cada vez menos río arriba y al bajar con menos energía limpiará menos el cauce urbano que cada vez está más ocupado por barros y arrastres de todo tipo.

La maraña de arbustos, la densa jungla en la que se han transformado los arroyos río arriba hace que el agua para llegar al mar tenga que sortear infinidad de obstáculos y diques, formados por troncos, maderas y todo tipo de materiales arrastrados y en muchas ocasiones formando embalses naturales que hacen disminuir la velocidad de escorrentía de las aguas y estas estarán durante mas tiempo empantanando mayor superficie de terrenos. Por eso se hace necesario ir limpiando el rio desde su desembocadura hacia el interior para ir facilitando, en todo momento, la salida del agua hacia el caño de Sancti-Petri con la mayor fluidez posible. La limpieza del cauce, en su tramo urbano, no solo redundaría en seguridad ciudadana ante el riesgo de avenidas, sino en su aspecto estético que no deja de ser importante la imagen que podemos dar de limpieza en un tramo que es contemplado por una gran cantidad de personas que vivimos en la ciudad y muchos que nos visitan. La idea de conseguir mantener el río en época de pocas lluvias con cierta cantidad de agua y así mejorar su aspecto, debe de seguir siendo válida, aunque con el puente presa fracasara. Hoy deben de existir muchas formas imaginativas y no muy costosas que garanticen la necesaria agua embalsada sin correr riesgos en caso de posibles riadas. Seguro que en estos momentos, de crisis y paro en los estudios de profesionales, serían muchísimos los técnicos y expertos que aportarían cientos de soluciones al problema. De esa manera y con poco costo, podríamos conocer soluciones que se podrían realizar cuando las condiciones económicas mejorasen.

La realidad actual es que el río se encuentra en las mejores condiciones para que las nutrias encuentren un sitio donde establecerse. La nutria es un carnívoro que puede llegar hasta cerca de un metro de longitud, está catalogada de "interés especial" pues es de los animales que se encuentran en grave peligro de extinción y requiere especiales cuidados para su recuperación. Es de patas cortas y larga cola y se encuentra adaptada a pasar gran parte de su vida activa en el agua. Durante el día suele estar escondida y dormida, en cuevas o masas de vegetación o incluso en troncos viejos, pero siempre cerca de los arroyos y ríos, comienza su actividad durante la noche, siendo capaz de recorrer varios kilómetros para encontrar la alimentación necesaria, esta suele ser en un 70-80 %, de peces, aunque también es capaz de cazar, ranas, ratas de agua, reptiles, etc.

Son ya muchos los que dicen haber avistado alguna a lo largo del río Iro, incluso quienes la han observado dentro de algún estero, es bueno que sepamos que es un animal muy escaso y protegido así que debe de resultar una alegría el que puedan vivir entre nosotros como unos buenos vecinos.

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