Efecto moleskine

Ana Sofía Pérez- Bustamante

PulPedraz Fiction

EL E.C.C.O de Cádiz acoge estos días el XII Simposio del Observatorio Internacional de Estudios Sociopolíticos Aban Ibi O. Boehb, dedicado a Neocolonialismo y teorías de la conspiración. Entre los ponentes figura el angloindio C. Adamunda Orifool, padre de la teoría del "síndrome de Souto". Este Souto toma su nombre de un personaje literario de José María Merino: un profesor universitario de lingüística, y también poeta, que enloquece cuando empieza a percibir signos de desconocidos lenguajes que forman misteriosos mensajes codificados, quién sabe por y para quién: los sonidos del mar, las extrañas formas de las rocas, los grafitis de los muros, los logos estampados en el mobiliario urbano... Souto alcanza el paroxismo de la paranoia cuando descubre que el destinatario de los misteriosos mensajes no es otro que él mismo, y que las señales anuncian algo muy inminente, muy decisivo, muy catastrófico... No llegamos a saber qué. Orifool llama "síndrome de Souto" a las lecturas hiperbólicas de los sucesos de actualidad que tienden a propagar una sensación de pánico social con el objeto de paralizar a los ciudadanos y así poder someterlos impunemente a las medidas que una oligarquía económica está interesada en adoptar. Ejemplo: la lectura de la protesta "Rodea el congreso" como "golpe de Estado antidemocrático análogo al de Tejero". Estas coyunturas, dice Orifool, suelen estar abiertas a la teoría del caos, de modo que el pánico crece improvisando sobre el azar. Ejemplo: la irrupción en el asunto del juez Pedraz, que no se conforma con emitir una sentencia de absolución de los manifestantes del 25-S (plausible, dice Orifool), sino que la adorna con evaluaciones subjetivas que enfurecen a la clase política. Una clase política confabulada con la oligarquía en una alianza que, o es natural (partidos de derechas), o es sobrevenida (de no derechas, pero turnantes). En estas situaciones es cuando empiezan a cundir esas voces indignadas que se cuestionan "ensayar" otras vías más allá de la democracia. "Mind your head", dice Orifool ("No se les vaya la olla"): "entre esas voces a menudo hay infiltrados de las oligarquías económicas. Les sugiero mejorar sus leyes. Por ejemplo, la ley electoral".

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