Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

EN ROMÁN PALADINO

Rafael / Román

Los italianos

No hablo de la famosa heladería. Colmaría de alabanzas a su personal y no es éste el medio apropiado de ganarse un café y un helado. Hablo de la nueva imagen de los italianos. Hasta hace poco su figura representativa era Berlusconi, que tanto daño ha causado a un país que tiene el mayor patrimonio histórico -artístico del mundo y una creatividad fuera de concurso.

Los italianos son contradictorios. La mafia y el papado. Giulio Andreotti y Enrico Berlinguer, Tratado de Roma y Liga Norte, Don Camillo y Peppone, Sophia Loren y Mónica Belluchi, Luchino Visconti y Roberto Benigni….Como pueblo hablan un idioma entrañable y, quizá, el más musical del mundo, -heredado en parte por los argentinos- que ha unificado definitivamente la RAI -entiéndaseme- , porque los dialectos locales son muy potentes. Eso no es lo indicativo de la fuerza de lo local en toda Italia. Cultura milenaria, tradiciones con mucho arraigo, emigración que reivindica su origen con orgullo en todo el mundo, con una cocina universal que ha arraigado de manera formidable.

Ahora hay dos italianos de moda en Europa. El primero, el senador vitalicio y presidente del Consejo de Ministros de Italia, Mario Monti, y el segundo, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. Monti tiene aspecto de profesor y porte de lo que es -patricio y senador romano-, gobierna sin partido pero con la benevolencia comprometida de la Cámara de Diputados y el Senado y ha sabido plantear las reformas, entre ellas la eliminación de provincias y municipios, y escabullir a Italia -hasta ahora- del foco tremebundo del centro de la crisis. Sus conexiones financieras, muy profundas, sin duda le habrán ayudado en una gestión difícil pero brillante, al menos vista desde España, porque ha desbrozado el camino que Rajoy no era capaz de afrontar. Y sus últimas propuestas europeistas son de agradecer. El otro italiano de máxima actualidad, Mario Draghi, no tiene la amabilidad en el rostro de Monti, es un hombre de faz fría, con boca de hiena, y el habla gélida en sus comparecencias, en nombre del Banco Central Europeo, nos ha dejado a los españoles en temperaturas heladas durante meses. Hace unos días levantó el pie del acelerador sobre la deuda española -y con la oposición del Banco Central Alemán - ha hecho que la banca y el Gobierno puedan continuar con las penalidades, pero sin ahogamiento por inmersión ni muerte súbita, sino con la estricta condicionalidad de la ayuda del BCE, es decir, recortes severos. La sombra de su colaboración -más lejana en el caso de Monti- con el banco Goldman Sachs, que fue partícipe en el falseamiento de las cuentas de Grecia, no se ha alejado del todo nunca.

Cádiz está siempre en onda. Los italianos han copado el consejo del Cádiz -Gaucci, Silvestrini, De Bono, Del Re, Garcena y Nannini- son las personalidades del momento. Julio Caro Baroja reconoció que por lo único por lo que sentía un arrepentimiento profundo de egoísta y de esteta era por no haber ido más a Italia. En nuestro caso, ellos han venido.

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