Efecto Moleskine

Ana Sofía / Pérez / Bustamante /

Bolinaga vs. Gandhi

GANDHI formuló el "satyagraha" como sistema de lucha basado en la desobediencia de leyes injustas y en el principio de resolución no violenta de conflictos. Explica H. Gardner (Mentes creativas, 2010) que sus defensores "movilizan la razón y la conciencia de sus oponentes trayendo el sufrimiento sobre sí mismos": el sufrimiento autoinfligido intenta convencer al oponente de la legitimidad de la propia causa. El código del satyagraha, al que sólo se recurre si ha fallado el diálogo, incluía no albergar ira; que se produjese en una situación compleja en la que fuese clarificador regresar a un primer principio; y que hubiera amplio acuerdo moral en que algo estaba mal. Pienso en Josu Uribetxeberria Bolinaga. Tiene cáncer. Se pone en huelga de hambre para que le apliquen el artículo 92 de la Ley de Vigilancia Penitenciaria, que establece que, por motivos humanitarios, se puede contemplar la excarcelación de enfermos graves incurables, entendiendo que ya no suponen peligro para la sociedad. La huelga de hambre es ampliamente publicitada. Los proetarras emprenden otra sonora protesta "pacífica" para que excarcelen a Bolinaga. Finalmente lo excarcelan, porque la ley es clara. Ahora bien. Si Bolinaga y sus abogados hubieran solicitado esto directamente, se lo habrían concedido, como a otros presos vascos. Lo que ha conseguido con su aireada huelga es que todo el mundo sepa que sale de la cárcel sin arrepentirse del secuestro de José Antonio Ortega Lara (532 días en condiciones infrahumanas entre 1996 y 1997) y del asesinato de tres guardias civiles: Mario Leal Baquero (en 1983), y Antonio López Martínez y Pedro Gaznares Barrera (en 1987). Es en estas circunstancias cuando la excarcelación de Bolinaga se convierte en peligro, porque constituye un daño moral deliberadamente infligido a la sociedad y a la justicia. ¿Qué tiene esto que ver con Gandhi? Nada. Uribetxeberria debe permanecer en prisión, donde disfruta de la atención médica que paga el Estado, y cuando llegue la hora, por consideraciones humanitarias, se le puede permitir morir rodeado por los suyos. Con toda dignidad. Tal como él mismo ha llevado el asunto, esto sería lo justo, equitativo y edificante.

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