EN ROMÁN PALADINO

Rafael / Román

Dos pollos, un pavo

LOS salarios están haciendo las veces de la devaluación. Como tantas veces ha dicho el Premio Nobel de Economía Paul Krugman, al no disponer de moneda propia, no podemos devaluar y, por tanto, exportar más barato. El ajuste, para ganar competitividad, se está haciendo vía salarios. Esto significa que la bajada generalizada de salarios que arrancó en Mayo de 2010, cuando gobernaba Zapatero, y que ha continuado con el nuevo gobierno de Rajoy, con su correspondiente reflejo en las autonomías, acrecentado con la espada de Damocles que todos los trabajadores sienten con la nueva reforma laboral, está llegando a los bolsillos de todos. Ni convenio, ni pacto, o lo tomas o lo dejas. Ahora, algunos lo están pidiendo al revés, es decir, ganar competitividad haciendo que suban sus salarios los alemanes. De todas formas, sea como sea, los de mi generación no recordamos un periodo de tantas turbulencias y preocupaciones financieras como ésta. Los telediarios y los periódicos, las conversaciones directas de la gente y las que se registran en las redes sociales están repletas de comentarios y noticias económicas. Ni con la crisis del petróleo y los siguientes Pactos de la Moncloa, ni con la que sobrevino tras los fastos del 92.

Lo que todos sabemos, que dos pollos no hacen un pavo, se le escapó a Rato, otrora mago económico de Aznar y vendido como autor, en primera persona, del milagro económico español. No había tal milagro. Teníamos una riada de euros a precio barato y un dios nuevo que era el ladrillo, en todas sus variantes. Un espejismo, que es el que se ha llevado por delante al presunto milagrero. Se le fue por alto, entrando en el corral ¡que miedo de palabra ahora en España! lo de los pollos y el pavo, o sea, que dos o cinco cajas malas no podían convertirse, por arte de birlibirloque, en una caja buena. Tenía que haber llamado a Ana Botella y le hubiera explicado la teoría filosófica de nivel que ella resumía de forma fantástica: Si se suman dos manzanas pues dan dos manzanas y si se suman una manzana y una pera pues nunca darán dos manzanas. Del matrimonio a la economía sólo hay un paso. También se ha sabido ahora que una caja valenciana tenía un noventa y ocho por ciento de su negocio en el sector inmobiliario, algo económicamente inconcebible. Pero pasaba. Ahora todo eso lo estamos pagando a escote.

Menos mal que los alemanes del Estado federado de mayor población de Alemania - Renania del Norte-Westfalia-, con capital en Düsseldorf y dieciocho millones de habitantes, dieron una paliza a nuestra guardiana de las esencias, Ángela Merkel. Guindos ayer ha pedido la colaboración europea. Esa derrota de Merkel nos va a venir bien. Mejor que la Paz de Westfalia.

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