Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

 CREO que fue el inolvidable diputado de IU Antonio Romero el que confundió casting y catering. Cabe pensar, por su perímetro, que es aficionado a un croqueteo y todo le suena ,al final, a una freidora crepitando. O quizás porque los americanos han popularizado todos estos gerundios del inglés: travelling, puenting, outsourcing, storytelling y así hasta el infinito. El asunto es que todavía hay gente que es capaz de confundir lo que es una selección de personal para una obra de teatro, una película, un spot o similar , con lo que viene siendo una croquetada gaditana que allá por las tierras donde domina el idioma de Shakespeare llaman catering y que los finos han importado. Catering es igual si hay mortadela de aceitunas, papas fritas y unas olivitas que si hay una deconstrucción de boquerones fritos sobre lecho de muergos dulces en su triple cocción. Una peña organiza su semana cultural y  termina en un catering. Una cofradía da un pregón de un cartel o de una virgen y  el broche del acto es un catering. A veces los sirve Pablo Grosso, a veces El Faro pero hay otras veces que se le encarga al cuñado del presidente que tiene un bache en la esquina. Qué más da. El croqueteo-catering (¿caterineo?) es más de Cádiz que los cangrejos moros. Hay especialistas en la materia: Sendero Luminoso, algún concejal y exconcejal, algún exasesor y gente de eso que llaman las fuerzas vivas, especialistas todos en el gañoting, en el cuelling, el valvuling. Gente que se alimenta a costa de otros, que la cosa está cortita. Como en Cádiz hay tantos actos sociales de medio pelo y tantos catering de chopped pork, hay gente que resuelve la cena a base de colarse en la fiesta , como si fueran Mecano. Cádiz es tan aficionada a no pagar que se ha convertido en tradición reciente la fiesta gastronómica patrocinada por cualquier institución en la que se reparten platos de cualquier vianda.

Así que el orgasmo para el croquetista fue el casting-catering de Cruzcampo en San Antonio. Lo de menos es la intención de buscar al gracioso de turno, que en eso también Cádiz es exportadora( ya saben, la ciudad que sonríe, una grassia pa matarse y todo lo demás). Así que con Cruzcampo llegamos al éxtasis: croqueteo, cerveza gratis, una cámara para grabar, la gracia de Cádiz, unas gordas bailando . El paquete completo. Faltaba que regalasen unas entradas para el Falla o para el Carranza, los dos templos gaditanos cuyo acceso por la cara es la ilusión de media ciudad. Qué arte hay en Cádiz, con qué age se dicen las cosas. Qué categoría más grande haciendo cola, cogiendo el vaso de cerveza, explicando ante una cámara qué es el sur o lo que sea que haya que explicar delante de una cámara, ¿cuándo salen las croquetas? A mí el arroz me gusta un poco pasaíto. Esencia del Sur, la Trimilenaria en su versión siglo XXI. Por mucho que se empeñe Jesús Maeso de la Torre o Arturo Pérez Reverte el cosmopolitismo de la tierra de la libertad se sustancia ahora acodados en una barra con unos pantalones piratas y una camiseta ceñida.

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