EFECTO MOLESKINE

Ana Sofía / Pérez / Bustamante /

Maslibres.org

Me llegó hace poco al correo electrónico una petición de adhesión a un "Manifiesto por la libertad religiosa" que promueve una plataforma denominada maslibres.org. Y lo firmé. Lo firmé porque considero que de manera habitual hay una clara tendencia a faltar al respeto no ya a la religión católica, si no a las personas que profesan esta fe. Yo me eduqué en colegios de monjas (colegios postconciliares de los años 60 y 70) y puedo decir que nunca he vivido ambientes docentes más respetuosos y civilizados que los que encontré en los Sagrados Corazones de Madrid, primero, y en las Esclavas de Cádiz, después. Con absoluta naturalidad y sin impostación alguna. Si con posterioridad encontré intolerancia dogmática no fue en estos colegios sino en sectas concretas (religiosas y políticas), y si encontré grosería (sobre todo antirreligiosa) fue en algunas aulas de la Universidad pública. Claro que eran los agitados años de la transición a la democracia, con muchas asignaturas pendientes. Pero ha pasado el tiempo y parece que nos sigue costando unir, en la teoría y en la práctica, los conceptos de libertad y respeto. A día de hoy estoy muy lejos de la postura del Vaticano en muchas cuestiones fundamentales (relacionadas con el amor, la muerte, la vida y la fe), pero de mi educación religiosa persiste un núcleo ético y una dimensión espiritual que estimo irrenunciables. Por eso, a la hora de escoger para mis hijos, opté por colegios concertados confesionales. Y es justo que yo defienda la libertad y la dignidad de aquellos religiosos y seglares que me educaron, que educaron y aún siguen educando a mis hijos. El nuestro es un país bastante agreste en lo que a civismo y urbanidad se refiere. Pero quizá sea ya hora de que nos pongamos de acuerdo los laicos y los católicos (y excatólicos) vergonzantes para que prosperen juntos la libertad y el respeto. La base nos viene dada en la larga tradición humanista de occidente. Esa en la que militó nuestro primer ilustrado, Benito Jerónimo Feijoo, aquel fraile benedictino que tan bien supo defender su condición de hombre libre y de hombre de fe, y tan bien supo explicar lo que es, a nivel político, el amor sin perjuicio de terceros.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios