Cultura

La verdad del cuento

Compañía: Dissel Teatro. Texto: Jordi Palet. Dirección: Juanma Palacios y Jordi Palet. Intérpretes y manipuladoras: Carme Serna y Mariaje López. Iluminación y sonido: Pepe Pérez. Vestuario: Antonia Fuster. Músicas: Pedro Abraham y Leo Villar. Día: 12 de junio Lugar: Sala Central Lechera.

La verdad del cuento, quizá no se sepa nunca, porque cada uno describe la feria como le va y a partir del tesoro de la tradición oral, versiones hay para todos los gustos. Esta puesta en escena -que retoma componentes del relato alemán publicado por los Grimm- juega con la idea del punto de vista del hada que lanzó el maleficio y la que lo suavizó. Ambas actrices-manipuladoras van ataviadas con vestidos de raso semilargo en color violeta con sobrefalda y alas de gasa. Completan el conjunto unas chaquetillas de terciopelo de tono más oscuro, sombreritos de punta, así como bailarinas y medias de rejilla color carne, lo que les da cierta impronta de danzarinas. La escenografía parece representar un taller o tienda de costura, con todo tipo de elementos: bobinas de hilos y madejas de lana de colores, ruecas -no podían faltar- agujas de punto, telas, etc., y es ahí donde se sostiene la gran baza del espectáculo, concebido como montaje de teatro objetual, donde lo importante no es lo que se cuenta sino cómo. Es decir, no se emplean títeres en el estricto sentido del término, sino que esas piezas reales son animadas para otra finalidad distinta para la que fueron creadas. Todo el desarrollo resulta muy entretenido, teñido con una suave ironía, pero fiel a la historia conocida -esperemos que para los niños también- aunque hay una pequeña y cómica desviación en la resolución final, con lo que se pierde la magia, el carácter simbólico y el misterio que se desprenden de este tipo de historias. La verdad de la antigüedad clásica, por su parte, nos recuerda que las hadas y la rueca son las Parcas tejiendo el hilo de la vida. Y que la princesa despertada del sueño por el príncipe, representa a Psique, nuestra alma, en el camino de su plenitud por el beso de Eros, el amor.

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