Juan A. González de la Calle Galería Benot. Inauguración, hoy, a las 20.30 horas. Puede verse hasta el próximo 26 de junio, de lunes a viernes de 10.00 a 13.30 y de 17.00 a 21.00 y los sábados, de 10.30 a 14.00.

Un capricho de verano. Así podría definirse la exposición que el artista jerezano Juan Ángel González de la Calle inaugura esta tarde en la galería Benot.

Un trabajo puramente "estético y fresco" que, sin alejarse del desarrollo técnico que caracteriza su obra, dista bastante desde un punto de vista conceptual.

En palabras del artista "se trata de un trabajo más relajado, más cercano y divertido. Llevaba tiempo interesado en realizar un trabajo así y Rafael Benot me ha dado la oportunidad de hacerlo en un lugar como Cádiz, tan playero".

Así, de las curiosas distopías que teletransportaba un pingüino a La Caleta, por ejemplo, el pintor pasa a las escenas más reales y cotidianas vividas en la playa. Playas de toda la provincia de Cádiz, a las que acostumbra a ir en compañía de su mujer, y de las ha extraído el máximo jugo narrativo. "Son obras que no desprenden una argumentación tan definida como en trabajos anteriores, pero no quedan exentas de contar historias". Historias creadas por gaditanos, al hilo de su insistencia en "contar cosas de aquí, de personajes que bien podrían ser tu vecino, tu primo o tu hermano. Nada de reflejar al típico guiri que viene a Cádiz a veranear".

Reconoce el pintor que La Caleta, uno de los rincones que más figura en esta muestra, se presta buenamente a ello. No hay otra playa como ésta, llena de caleteros, "sin duda una playa muy auténtica, gaditana cien por cien": de sus personajes no busca el retrato, ni mucho menos. Solo el detalle que de forma anecdótica le ha podido llamar la atención en un momento determinado, cámara y bloc de notas en mano. "Me puede interesar la barriga de uno, la postura de otra o la camiseta roja de el de al lado", explica. Un cúmulo de miras artísticas que derivan en esta "esta visión relajada, que es de agradecer en estos momentos tan complicados socialmente".

Para poner en pie esta exposición integrada por una quincena de obras ha recorrido e incurrido a relajarse en una serie de playas, en las que más frecuenta. Desde la Victoria hasta La Ballena, Chiclana o La Caleta. "Aunque cuando estoy en ellas no puedo evitar mirar desde un punto de vista artístico, imaginando el cuadro", trasladando al lienzo la escena que se presenta ante sí, en definitiva. En este sentido asevera que "uso mucho la foto como soporte y recurso. Pero después paso al montaje o collage, llegando a la composición definitiva sobre el lienzo echando mano de mis apuntes".

Para representarlo utiliza un abanico bastante amplio de color, en busca de una propuesta variada, ajena a la monotonía. De esta forma, en monocromo o en color, desprende un amplio dominio técnico del uso que hace del acrílico sobre el lienzo, para postrar ante el espectador una obra dinámica, fresca y llena de luz que contrasta con el efecto en negativa de sus piezas en blanco y negro.