La Casa del Obispo, uno de los pocos y más relevantes yacimientos arqueológicos que tiene Cádiz, continúa enfrascado en una dura pugna que no hace más que empañar la imagen turística de la ciudad. Ni el Ayuntamiento de Cádiz ni Monumentos Alavista dan su brazo a torcer en la búsqueda de una alternativa que sea productiva para el conjunto de los gaditanos, así como para los turistas ávidos de esos casi tres mil años de historia de los que presume la ciudad.

En este tira y afloja es justo recordar que hace unas semanas el Ayuntamiento de Cádiz aprobó en junta de Gobierno local por un importe de 30.000 euros el cierre lateral que une el monumento a la plataforma Entre Catedrales, para evitar la continua acumulación de residuos sobre o junto los restos arqueológicos que subyacen bajo este imponente mirador. Una medida que llega un año después de que el gerente de Monumentos Alavista, Germán Garbarino, denunciara en este medio la situación.

Si bien, el Consistorio todavía no se ha pronunciado favorablemente acerca de la propuesta emitida por Monumentos Alavista para poner en valor los restos de la segunda fase del proyecto, precisamente los que se encuentran bajo el mirador, en la explanada exterior de la Casa del Obispo.

En este punto Garbarino señala que se encuentran totalmente maniatados, "pese a que la inversión correría por nuestra parte y que ya hemos perdido cuantiosas subvenciones", lo que supone "la pérdida de este nuevo referente de cara al Doce".

Germán Garbarino añade que hace más de quince meses se solicitó esta actuación, "y aunque según establece la ley, la ausencia de respuesta a lo largo de 6 meses implica la resolución a nuestro favor, ahora estamos más preocupados por reparar los daños ocasionados en el yacimiento".

Por su parte, el Ayuntamiento de Cádiz afirma que en junio de 2010 ya abrió un expediente contra la gerencia del yacimiento por incumplimiento contractual ante "una negativa injustificada de ser inspeccionado por los técnicos del Consistorio, la indebida utilización de las instalaciones y otros elementos de propiedad municipal del yacimiento, así como destinarlo a fines distintos de los previstos en el pliego".

Entre otros asuntos, el Ayuntamiento hace referencia en este documento a la campaña que emprendió Garbarino contra la administración local en la que se exhibía públicamente a los turistas los daños ocasionados a través de inusuales visitas guiadas y cartelería. Una campaña que todavía continúa en pie en lo que supone una situación insólita con la que no debería toparse el turista, al que poco o nada le importa este enfrentamiento.

De este expediente, afirma Germán Garbarino, tampoco ha vuelto a obtener respuesta, como tampoco la ha tenido "sobre los daños que la obras de Entre Catedrales ocasionaron en la Casa del Obispo". Solo puntualiza que "los turistas se quejan por la imagen deplorable del yacimiento".

Si bien, el Ayuntamiento señala que en octubre de 2010 se adjudicó el estudio para la localización de anomalías en el edificio a la empresa Vorsevi. Una inspección de la que se pone de manifiesto que hubo un derrumbe "que no afectó a la estructura de la cisterna romana" y ante la que se toma la determinación de que "se entierren los restos arqueológicos expuestos a posibles deterioros como la cisterna, empleando geotextil u otro árido y preservar el monumento funerario fenicio con protección provisional que evite el vertido de basura".

Del mismo modo la delegación de Cultura de la Junta de Andalucía emitió en enero un comunicado a Monumentos Alavista en el que solicitaba que "se ejecuten las cautelas de protección y conservación, además de consolidar todas las estructuras deterioradas, así como la limpieza general del yacimiento, eliminando todas las basuras y aguas estancadas".

Un texto en el que figura que si no se ponen en valor los restos, se procederá a la cubrición. En definitiva, un cruce de notas y denuncias que no terminan de ver la luz.