Compañía: Teresa Navarrete. Textos: Teresa Navarrete, Miguel Martín, Nando Pérez y fragmentos de obras de otros autores. Coreografía y vestuario: Teresa Navarrete. Creación e interpretación: Teresa Navarrete, Nando Pérez, Miguel Marín. Espacio escénico: Compañía Teresa Navarrete / María Meler. Iluminación: Nando Pérez. Composición musical, diseño de espacio sonoro y directo: Miguel Martín (Árbol). Día: 28 de abril. Lugar: Sala central Lechera.

Como afirma la lingüística y demuestra la pragmática, la comunicación no existe, pues lo que se manifiesta constantemente es el malentendido continuo, así que vivimos permanentemente en un lugar de desencuentro. Por eso, a veces, los creadores intentan buscar otras maneras de encontrarse, a través del espacio de la verdad escénica. Este espectáculo se posiciona, en primer lugar, por una forma de situarse y elegir los elementos, así como los tres artistas, que ocupa cada uno un ámbito determinado por su especialidad -ya sea la danza, la música o la interpretación física- y una serie de objetos, en un escenario abierto y sin acotar. Cada uno de ellos habita su territorio, sin que puedan comunicarse a través del lenguaje articulado, que mezcla textos en castellano y parlamentos en inglés. Los puntos de inflexión que permiten una cierta avenencia está marcados por danza, que no es protagonista sino artista invitada, resuelta en breves destellos coreográficos que combinan biomecánica, acción física y danza libre con contemporáneo. Sin embargo, todo queda en ilusión y cada uno seguirá aislado en su propio mundo, que, aunque se muestre abierto, está realmente aislado, cerrado e incomunicado, aferrándose cada uno a su propia verdad. Que existe, pero -como aparece en un blog encontrado al azar en la red de redes, bajo la firma de Ricardo Fasseri- está muy repartida.