"Los policías que investigaron el 11-M son encubridores, autores, inductores, cómplices o falsificadores (...) los fiscales se han convertido en agentes judiciales y abogados de ETA". (Federico Jiménez Losantos). "Leire Pajín ha engordado. Está admirablemente culonzuela, respingona, melocotona temprana". (Alfonso Ussía). "Cuando un bollicao de buena factura se encuentra con un hombre como yo (...) que tengo más dinero (...), más conversación de las que le puede dar un chiquito joven y encima las follo bien (...) no hay nada como la piel tersa, los pechitos como capullos, el chochito rosáceo" (Sánchez Dragó) "¿Tiene alguna relación el juez Garzón con la masonería? ¿Tiene alguna relación ZP con la masonería?" (César Vidal). Estas singulares frases se escriben en este país y sus autores tienen millones de seguidores a través de diferentes medios de comunicación escritos, televisivos y digitales. Estas singulares frases fueron escogidas anoche por José María Izquierdo como perlas de su libro Los cornetas del apocalipsis, donde ha seleccionado una antología de las opiniones de diez columnistas que corresponden, según el presentador del acto, el presidente de la APC, Fernando Santiago, "a la España enfadada".

Y a Izquierdo, periodista ya jubilado, hombre que pasó por La Habana como corresponsal de la agencia Efe, que fue director adjunto y compañero de uno de los cornetas, Hermann Tertsch, en El País, que fue director de informativos de CNN + y que, en la actualidad, escribe un blog dedicado en exclusiva a lo que se dice en la derecha mediática, le han preguntado muchas veces que a cuento de qué este nuevo oficio de "catador de venenos". "Miren -contestó-, hay una parte del país que no sabe lo que lee la otra parte del país. Sabe que existe, pero no sabe qué dicen. Yo nunca he escuchado a Jiménez Losantos, pero a CNN + nos enviaban una transcripción de su programa y yo les contaba a la gente lo que decía. Ah, sí, terrible, respondían, pero no les veía verdaderamente preocupados, hasta que les pasaba las transcripciones y se quedaban espantados". Sostiene Izquierdo que es pedagógico que una parte del país conozca a la otra parte del país a través de sus prosistas.

La pregunta es si lo que ha hecho Izquierdo se podría hacer al revés, es decir, recopilar a los cornetas de la izquierda mediática: "Ya le digo que no. Hemos dicho animaladas, incluso yo las he dicho, pero no ha formado parte de esa izquierda periodística el ánimo permanente de insultar y difamar", para a continuación aclarar que los cornetas son los que son, que hay más, algunos en periodo de gestación, lo que no quiere decir que no exista una derecha mediática tranquila, analítica y crítica. "La derecha ha tenido muy buenos periódicos", dijo, aún recordando que en algunas de sus páginas acogen a sus apocalípticos.

El periodismo, que arrastra fama de oficio corporativo, tiene en Izquierdo un profesional "poco corporativo. Eso de 'perro no come perro' nos lleva a una ley del silencio, a una omertá. Un médico que ve en otro médico una mala práctica debe denunciarlo y un periodista debe hacer lo mismo. Los periodistas nos pasamos el día criticando a los demás y luego, cuando se nos critica, como los cornetas, tenemos la mandíbula de cristal".

A todo esto, "¿cuándo se jodió Perú?", preguntó Santiago, cuándo los periodistas cogieron gusto por la carne de perro. Contestó Izquierdo con un breve recorrido por la historia del periodismo faltón. "Empezó José María García con insultos que hoy nos resultan infantiles. Llamaba abrazafarolas al presidente de la federación de fútbol. Ahora estos chicos lo mínimo que te llaman es asesino de niños. Y yo creo que se jodió Perú el 14-M, tres días después de que estallaran los trenes, cuando una parte de la derecha creyó que la democracia les había robado el poder".