Cultura

La evolución urbana en el solar del Cómico con animaciones y en 3D

  • El arqueólogo José María Gener mostró ayer en el Ayuntamiento todos los resultados preliminares de la excavación · Entre los restos inéditos presentados se encuentran grafitos con escritura fenicia

Una imagen vale más que mil palabras. Más aún si se trata de la reconstrucción en 3D y mediante animación de la evolución urbanística que ha sufrido ese preciado pedazo de tierra que subyace bajo el futuro Teatro Estable de la Tía Norica, desde el Bronce Final (s. IX a.C), hasta la época Romano Imperial (S. IV al VI d.C).

Un ambicioso trabajo que en la tarde de ayer fue presentado en el salón de plenos del Ayuntamiento de Cádiz, de la mano de José María Gener, uno de los tres miembros del equipo arqueológico que ha llevado a cabo esta relevante investigación y que también integran María Ángeles Navarro y Juan Miguel Pajuelo.

El trabajo de campo que desde hace años han desarrollado juntos en el solar del Cómico ha servido a la empresa Gesdata Soluciones S.L para poner en pie la recreación urbana de cada una de las fases de ocupación datadas en el solar.

José María Gener vinculó así a cada fase constructiva los distintos materiales hallados en el terreno, muchos de los cuales fueron presentados ayer por primera vez ante el público asistente. Entre ellos destaca un hallazgo muy peculiar de época fenicia que se trata de un conjunto de grafitos sobre varios objetos que podría corresponder a la firma de los propietarios. Estos posibles antropónimos se han descubierto sobre la superficie de dos ánforas y un plato y actualmente se someten a un estudio más detallado que arrojará interesantes datos sobre los poseedores de tales objetos.

De esta época -de final del s. IX al último cuarto del a. C. VIII- también se han descubierto una caja de marfil en la que se representa una flor de loto, rótulos -que podrían pertenecer a la bisagra de una silla u otro objeto-, bulas, cartuchos reales, numeroso material cerámico, lucernas de un sólo pico -son las más antiguas- y hasta un coqueto collar de cauri.

Una parte del abundante material rescatado en este terreno, en medio de una época que ayer quedó contextualizada en este punto alto de la isla de Erytheia desde un punto de vista constructivo y urbano. También se vinculó a otros yacimientos de la ciudad.

Así, tras pasar por los dos puntos documentados de la época del Bronce final, Gener se centró en los materiales constructivos que los fenicios usaron en este solar durante toda su ocupación. Principalmente se servían de materia prima de la tierra para levantar sus casas, en primera instancia hechas de piedra ostionera, arcilla roja y verde. Zócalos de vivienda, sillería o pavimento de suelo sirvió al arqueólogo para ilustrar este momento de la ponencia.

También se hizo eco de la distribución de las ocho viviendas que también mostró en 3D, en torno a las dos calles pavimentadas halladas en la superficie. Así, cada una de estas unidades muestran una estancia principal, cocina y su horno de tipo tannur. En estos últimos se aprecian incluso dos aberturas, una para la entrada de combustible y otra para el tiro. Por tanto, comentó Gener, parece que estos habitáculos permanecían techados con carpintería de madera. Una conclusión que se ha asociado a los hallazgos de la Casa del Obispo.

Otra de las curiosidades plasmada en imágenes está en las zonas de tránsito o calles del solar, que fueron repavimentadas hasta dos veces como consecuencia del hábito de los ocupantes de arrojar desechos a la calle.

Pavimento en el que han permanecido fosilizados incluso restos óseos de animales, espinas de pescado o huellas de bóvidos.

También se ha documentado restos de un taller de alfarería y bancos de arcilla adosados.

Estas viviendas fueron abandonadas por primera vez a finales del siglo VIII a.C y sus estructuras fueron desmontadas y reutilizadas a principios del siglo VI a. C. A mediados de este siglo se vuelve a abandonar y aparecen dos cadáveres asociados, para luego ser reconstruidas de nuevo.

Y de aquí se remontó al periodo romano, del siglo II a. C. a principios del I d.C. De esta época abundan los datos obtenidos, debido a una mejor conservación de los restos, lo que les ha permitido hacer la animación virtual con lujo de detalles de las construcciones.

Concretamente, de la factoría de salazones hallada, de la se que reflejan incluso las distintas estancias (zona de envase, de carnicería y de piletas), elementos ornamentales y hasta la existencia de un altar. Además, se puede ver cómo eran los mecanismos de captación y almacenamiento de aguas fluviales con la recreación de las tres cisternas encontradas.

La aparición de bolitas de tinte también deja constancia de la cercanía de un tintorería.

Por último, José María Gener habló de la transformación del terreno a mediados del siglo IV d.C en una necrópolis tardo romana.

En definitiva, una radiografía de las construcciones y modos de vidas de nuestros antepasados, cuya reveladora puesta en escena -la de ayer- fue posible gracias a toda una serie de estudios paralelos de materiales, analíticas de ADN, carbono 14, antropológico, numismática e incluso paleopatológico, entre otros, este último a cargo de Manuel Calero y Milagros Macías.

Un ambicioso proyecto de investigación cuyos resultados pueden integrarse en la ansiada puesta en valor del yacimiento. Una buena porción de la historia de Cádiz que, bajo la construcción del Teatro de La Tía Norica, podría servirse en bandeja a los gaditanos y visitantes para que por fin puedan constatar la fundación fenicia de la ciudad. Un emplazamiento cultural que, a buen seguro, podría convertirse en todo un referente turístico de Cádiz.

Ahora toca esperar la subvención de las Rutas Béticas Romanas, de las que está pendiente el Ayuntamiento de Cádiz que, a su vez, ha financiado buena parte de las excavaciones en el solar.

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