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Cultura

José María Millares Sall, fallecido en 2009, gana el Premio Nacional de Poesía

  • El jurado destacó el espíritu "extraordinariamente joven" de sus cuadernos, que sólo fueron reseñados por 'Babelia'

El escritor canario José María Millares Sall, fallecido en septiembre de 2009, se hizo ayer con el Premio Nacional de Poesía con su libro Cuadernos 2000-2009 (Calambur), una selección de los poemas de sus últimos años, en los que conviven el amor, el sueño, la enfermedad, la vejez y la ruina.

El jurado ha tenido en cuenta "la extraordinaria modernidad" de la poesía de Millares, que comenzó a publicar en los años 40, y "que hoy mantiene absolutamente su vigor y su primacía como poesía innovadora", dijeron fuentes del jurado.

Hermano del poeta Agustín Millares y del pintor Manolo Millares, el premiado publicó algunos poemas que podrían considerarse "avecindados en el social-realismo, pero no dejó de incorporar fórmulas que provienen del surrealismo y de otras técnicas poéticas muy distintas" de esa corriente social. El otorgar el Nacional de Poesía, dotado con 20.000 euros, a un escritor fallecido no ha suscitado "ningún problema" entre los miembros del jurado.

Emilio Torné, director de Calambur, manifestó ayer "la alegría inmensa" que tenían en la editorial por la concesión de este premio a Millares, aunque, lógicamente, ese sentimiento se mezcla con "la tristeza" de la reciente perdida del poeta, dos meses antes de que Cuadernos 2000-2009 viera la luz. Miralles murió con casi 89 años, pero "tenía la cabeza de un joven y estaba muy ilusionado con la buena acogida que había tenido la reedición de Liverpool, un libro del año 49, que no conocía casi nadie. Una obra sorprendente, de aliento surrealista, cuando en la España de la época se escribía de manera muy diferente", afirmó Torné.

Millares se encargó de seleccionar los poemas que conformarían Cuadernos... y llegó a ver antes de morir las pruebas del libro. A partir del año 2000 "decidí escribir como quería, o como me daba la gana, sin pensar si lo que hacía era o no del gusto del lector", dejó escrito el propio poeta. Y es ese espíritu libre el que late en los versos de este poemario, cuya "escritura anárquica, a veces sin buscarlo, hace uso de lo esperpéntico, de lo onírico, del surrealismo", si bien su poesía, decía José María Millares, era "básicamente existencial". "Decidió soltarse las ataduras y los corsés que limitaban la escritura de otros poetas, y el resultado es que su poesía es extraordinariamente joven", señaló el editor.

En los suplementos literarios no aparecieron reseñas de Cuadernos..., salvo en Babelia (El País), el pasado agosto, pero "era muy comentado en los blogs poéticos de los jóvenes", recordó.

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