Cultura

"Los Manuscritos son un gran ejemplo para hablar de diálogo intercultural"

  • El antropólogo y director del Santuario del Libro, Adolfo Roitman, habló ayer en la UCA de 'Los Rollos del Mar Muerto', invitado por la Asociación Cultural Tarbut Sefarat

Siete rollos encerrados en dos vasijas, encerradas en una cueva al norte del mar Muerto. Veían la luz por primera vez en 1947, unos dos mil años después de ser escritos. Dos de ellos reproducían el libro de Isaías -extendido sobre el suelo, el rollo del texto completo medía más de 27 metros-; otro, redactado en arameo, era un apócrifo del Génesis. Los demás eran manuscritos sectarios, "que remitían a un contexto distinto de la corriente hebrea mayoritaria en la época", apunta el director del Santuario del Libro y conservador de los Rollos del Mar Muerto, Adolfo Roitman.

Roitman -presentado en su intervención por el historiador José María García León- llegó a Cádiz de la mano de la Asociación Cultural Tarbut Sefarat para hablar sobre los manuscritos de Qumrán. Contemporáneos a la época de Cristo, los documentos -que han llegado a superar los 800- "representan un punto de inflexión para comprender el contexto de aquellos días", explica Roitman. El experto destacó la complejidad de un tema que, desde mediados de siglo, ha provocado más de 30.000 publicaciones y que "Qumrán sea la zona de Israel que más excavaciones registra". Destaca Roitman la cantidad de desinformación existente en torno a la cuestión: "Estamos ante uno de esos asuntos en los que hay una gran diferencia entre lo que la gente imagina que son y lo que la ciencia dice que son". Máxime cuando es un tema en el que "las preguntas suelen ser más fáciles que las respuestas". Incluso la relación de los Rollos del Mar Muerto con la comunidad esenia supone un punto de conflicto para los entendidos: "Se ha discutido mucho sobre la identidad del grupo relacionado con los Rollos del Mar Muerto -indica el responsable-. En mi opinión, no se pueden tener en cuenta los manuscritos sin el testimonio esenio, y me niego a no establecer algún tipo de relación con este movimiento".

A pesar de las numerosas relaciones que se han querido establecer con los Manuscritos y las primeras comunidades cristianas, lo cierto es que en ninguno de los textos aparece ni uno de los nombres claves del Cristianismo temprano: "Pero esto es muy comprensible -comenta Adolfo Roitman-. Los últimos rollos fueron escritos a mediados del siglo I. A Cristo lo crucificaron sobre el año 30. Todavía era una figura pequeña y esotérica".

Los Manuscritos del Mar Muerto representan, sin embargo, un acertado punto de unión entre las dos primeras religiones del libro: "Proceden de una época en la que aún nos existían el Cristianismo ni el Judaísmo rabínico, con lo cual podríamos entenderlo como un germen, como un punto de origen de lo que luego habrían de ser ambos -comenta Roitman-. Constituyen un ejemplo inmejorable para hablar de diálogo intercultural".

Y, como en tantas ocasiones, los Rollos reúnen significación espiritual, histórica y política. Cuando se encontraron, cuatro de estos primeros manuscritos fueron vendidos a un comerciante de antigüedades. Eliezer Sukenik, de la Universidad Hebrea, compró los otros tres el 29 de noviembre de 1947: justo el día en que la ONU decidió la partición de Palestina. "Los Rollos del Mar Muerto -desarrolla Roitman- proceden de la época del Segundo Templo, la última vez que hubo una tierra hebrea propiamente dicha. Y casualmente, cuando Sukenik los compró, de nuevo la había".

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