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Cultura

El Castillo Santa Catalina cierra hasta el viernes por la reparación del pórtico

  • Estas obras responden al desprendimiento de una de las piedras de la fachada durante el pasado mes de marzo. Mañana a las ocho y media el recinto abrirá para la Puesta de Sol.

El Castillo de Santa Catalina cerró sus puertas ayer y hasta el próximo jueves con motivo de las obras de reparación de su fachada en la que el pasado 13 de marzo se desprendió una piedra, señalizándose el peligro desde entonces. 

 

“Recién aprobado el proyecto por parte de la Junta de Gobierno Local”, explican desde el Ayuntamiento de Cádiz, las obras comenzaron ayer y se espera que la fortificación que se levanta junto a La Caleta reabra sus puertas este mismo viernes, una vez que concluya la intervención. Sin embargo, desde el Consistorio aseguran que “estas obras no afectarán al programa Puestas de Sol que cada miércoles se celebra en el Castillo ya que para este espectáculo se abrirán las puertas a las ocho y media de la tarde”.

 

Las fuentes autorizadas se exculpan del retraso de la intervención en la fachada de Santa Catalina recordando que “para poder realizar esta intervención se ha tenido que esperar al informe favorable de la Comisión de Patrimonio de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía que es quien debe autorizar cualquier cambio o modificación en el inmueble inscrito como Bien Interés Cultura (BIC) o en su entorno”.

 

Durante la intervención –que se ejecutará desde una plataforma elevadora extensible que abarca todo el ancho de la portada, bien arriostrada para evitar el vuelco– se realizará el llagueado de los sillares de la portada de acceso del Castillo Santa Catalina, con el fin de asegurar su estabilidad y frenar la pérdida de finos entre las piedras, así como rellenar en caso necesario el espacio entre sillares con el mismo mortero.

 

El mortero que se utilizará para esta tarea es el Biocalce Piedra, de la casa Kerakoll, por ser un mortero natural certificado, eco-compatible, de cal natural pura NHL 3.5, conforme a la norma EN 459-1, específicamente pensado para el llagueado altamente transpirable de muros y fábricas, idóneo para la construcción sostenible y la restauración histórica. Contiene sólo materias primas de origen estrictamente natural. 

 

Se señala también la idioneidad  de este elemento ya que conlleva reducidas emisiones de CO2 y bajísimas emisiones de COVs, ventilación natural activa en la dilución de los contaminantes interiores, bacteriostático y fungistático natural y es reciclable como árido después de su vida útil.

 

Además del relleno del llagueado, los trabajos contemplan el picado de los existentes para evitar que exista más de un tono de mortero. Posteriormente, se colocará el trozo de piedra desprendido de nuevo en su posición tomado con el mismo mortero de cal, previa eliminación del mortero bastardo que queda tanto en la piedra desprendida como en el paramento que la acogía. 

 

El Castillo de Santa Catalina, que es el enclave expositivo más visitado de la ciudad, no sólo presenta problemas en su fachada tras el desprendimiento del sillar. Y es que muchos de los rincones de la fortaleza presentan un aspecto un tanto desaliñado, sólo hay que mirar uno de los más llamativos, el foso, cegado y dejado desde hace años. Toda vez dentro de la fortaleza, algunas manchas de humedad, desconchones y grietas en los muros afean el recorrido. Al menos, las vistas, eso sí, son maravillosas.

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