"Cantar, cantar, cantar es lo que importa. Y vivir, amar, escribir y leer a través del libro de la vida y del libro impreso". Con estas palabras cerró Pilar Paz Pasamar su intervención en el acto de celebración del Día Internacional del Libro que ayer tuvo lugar en Biblioteca Provincial, con la lectura de algunos de sus simbólicos versos de arraigo andaluz.

En torno a la obra de la poeta de la generación del 50, a sus versos, a su obra más estudiada y la más recóndita giró el concurridísimo acto de ayer, en el que también se presentó una muestra itinerante sobre su trayectoria y su antología La nunca Poseída,de la que se han editado 2000 ejemplares. Era el merecido homenaje a la Autora del Año 2015, tal y como le ha designado el Centro Andaluz de las Letras (CAL) de la Consejería de Cultura de la Junta, en lo que el consejero de Cultura, Luciano Alonso, consideró "un acto de justicia, no sólo por sus valores líricos sino por el reconocimiento personal a su empeño tan largo tiempo silenciado".

El consejero hizo un llamamiento a las políticas de educación por la igualdad desde la infancia, y tras recordar el premio otorgado el anterior año a María Victoria Atencia, incidió en lo llamativo de una trayectoria como la de la poeta jerezana con valedores de la talla de Juan Ramón Jiménez, que "no ha contado con el calor de los grandes premios".

Pese a todo, la sonrisa era perenne en el rostro de la autora de Mara, a cuyas agradecidas y emocionadas palabras le precedieron las del director del CAL, Juan José Téllez, de Ana Sofía Pérez Bustamante, como comisaria de la muestra y autora del bonito catálogo, del director emérito del CAL, Pablo García Baena y del autor de la antología, el profesor Manuel Ramos Ortega.

Juan José Téllez, que leyó el Manifiesto a favor de la lectura, no dejó pasar la ocasión sin hacer referencia a dos grandes literatos recientemente fallecidos y de forma prematura, Concha Caballero y el gaditano Rafael de Cózar. Téllez recordó ayer dos post del blog de Caballero, Cosas que espantan a la muerte y el poema de Cózar, Piel iluminada.

Pablo García Baena dedicó en su intervención palabras de admiración y cariño a su amiga "fiel", cuya distinción de Autora del año la iguala "a Bécquer, Góngora, Juan Ramón o Atencia y un largo etc.". Pero en el cielo de la poesía andaluza, añadió, "la estrella de Pilar brilla hermosísima siempre. Y cotidiana, en este afán tan femenino de la casa con las Pequeñas alacenas", dijo en referencia a una de sus antologías, repasando grandes títulos y su implicación en revistas como Platero.

Hizo alusión a uno de ellos, Mara, prologado por Carmen Conde, donde "Pilar hace un canto a la vida, al amor y a la belleza de la naturaleza".

Con gran admiración también ensalzó la obra de la jerezana Ana Sofía Pérez Bustamante, comisaria de la exposición y coordinadora de sus contenidos. Un trabajo que ha afrontado con mucha "libertad", dijo, y en el que se dan la mano 13 autores.

La comisaria, que conoció a fondo a Paz Pasamar a través de Atlántica, ha logrado recopilar artículos, fotos y simbólicos gestos de o hacia la autora. Entre ellos, recuerdos materiales de la esencia de la poesía mística de juventud de la homenajeada. Un día le contó Paz Pasamar que lo sintió mientras leía Peter Pan en casa de sus abuelos, mientras sus hermanos se daban un baño en la alberca. De aquel misticismo mágico habla el primer artículo escrito sobre ella bajo el título Una poesía que se llama verdad, de Caballero Bonald. "Otra sorpresa ha sido encontrar la foto de la alberca".

Porque han sido muchas las manos colaboradoras en este proyecto por el que han desfilado desde la Fundación Bonald, de Fernando Quiñones, de Carlos Edmundo de Ory, "con un soneto de Ory dedicado a Pilar", y su propia familia.

De la antología La nunca poseída habló el responsable de la selección de textos, Manuel José Ramos Ortega, que no disimuló su nerviosismo, "como el del retratista cuando muestra la obra al retratado". "Ahora presento mi antología y no sé si le gustará", decía mientras buscaba su mirada cómplice. La de aquella niña que un día "rompió a rimar y no ha dejado de hacerlo".