Era una deuda histórica que había que saldar y así fue. El edificio Kursaal de Algeciras, fue reinaugurado el martes por el artífice del mismo, el polifacético artista Guillermo Pérez Villalta, cuyo nombre quedó sellado en la placa que descubrió junto al alcalde, José Ignacio Landaluce.

La planta baja del edificio guarda ya, de hecho, una exposición permanete que el artista ha cedido a la ciudad. Entre los cuadros pueden verse algunos primeros planos del proyecto de construcción. Pérez Villalta hizo hincapié en el simbolismo de la estructura y los colores, como uan forma unir el mundo masculino y femenino a través de unos matices cromáticos que se suceden de forma constante. A la muestra se añaden los estudios que hizo del suelo, espejos, rejas o patios.

Destacan además las maquetas de edificios que diseñó y que hubiera querido ver hechos realidad: el Templo de Luna y Vientos o de Ritos Agrícolas, así como unos planos de la reordenación que había imaginado para la zona del Llano amarillo.

Visiblemente agradecido, Pérez Villalta reconoció durante la inauguración el salón "ser un poco hermitaño" a la par que sentirse "profundamente emocionado por estas cosas", que demuestran un "amor a la cultura".

Para finalizar, el artista invitó al alcalde y los presentes a celebrar un rito para consagrar el edificio en el que se escenificó en un recipiente la mezcla del agua y el aceite y luego se depositó sobre el pequeños objetos ardiendo, con la luz apagada, que dieron el simbolismo merecido al acto.