ASÍ titulaba Juan Franco Martínez muchos de sus artículos en el Diario, haciendo un juego de palabras con el nombre con el que era conocido por todos. Realmente, Juan de la Plata hablaba y escribía así: claro y puro.

Tras dejar su firma en numerosas publicaciones, colaboró treinta años con esta casa -con artículos, entrevistas y reportajes sobre flamenco o Historia de Jerez- quien fue visto siempre con respeto y con cariño por parte de los periodistas más jóvenes, sabedores de que Juan había conocido y contado una parte importante de la vida de esta ciudad a la que tanto amó. Tanto como al periodismo, que cultivó hasta que las fuerzas le abandonaron, pues durante los últimos años de su vida, en la casa de su hija Concha en Cádiz, estuvo enviando colaboraciones a Diario de Cádiz sobre conocidos bailaores y cantaores gaditanos. Juan quiso mantener hasta el último momento su relación con el periodismo, preparaba nuevas series de artículos y soñaba con nuevos libros. Bucear en una biblioteca, sumergirse entre las páginas de libros y antiguos periódicos, conocer más y más para saber contar las cosas a los demás -la esencia verdadera de este oficio- era su pasión. Con su dolorosa pérdida se marcha también una parte de la historia del periodismo jerezano.

Descanse en paz. Descanse en plata. Y, como a él gustaba acabar siempre: ¡Jerez siempre, viva España-Jerez!