Ángel Corella. Bailarín

"Hemos creado un espectáculo fuera de lo común, distinto, lleno de energía"

  • Junto al músico Ara Malikian ha puesto en pie 'A+A', el espectáculo que cierra el FIT. El prestigioso bailarín se siente orgulloso del homenaje que recibe este sábado en el Festival gaditano.

La energía fluye en múltiples manifestaciones artísticas desde el espectáculo que firman juntos los prestigiosos Ara Malikian y Ángel Corella. El virtuosismo del violín y la danza clásica tomarán mañana el escenario del Teatro Falla, donde por primera vez regresan juntos -otras muchas por separado-, con una simbiosis cautivadora.

"Hemos creado un espectáculo fuera de lo común, distinto, lleno de energía", explicaba ayer a Diario de Cádiz el bailarín Ángel Corella, que mañana será homenajeado en el FIT.

La fusión llega del interés de Corella por un músico al que admiraba en la distancia, desde el otro lado de los distintos escenarios donde ha visto actuar a Ara Malikian. Y el interés era recíproco, hasta el punto de que en dos semanas de ensayo durante el pasado verano lograron encajar las piezas del mágico puzzle compuesto por la bella plasticidad del ballet clásico junto a la música de carácter intemporal. El resultado: la obra A+A, que hoy cierra el FIT.

Un primer movimiento dedicada a Tchaikovsky va presentando así poco a poco a los miembros de La Orquesta en el Tejado y a los bailarines de Corella Ballet. "Él toca y yo bailo a gran velocidad", de forma que el público entra pronto en situación, explica Corella.

Una obra articulada en dos partes, repletas de fusiones, adaptaciones musicales, y estilos de danzas dispares, con un amplio repertorio de música popular del siglo XX, en la segunda. Un trabajo con el que han pretendido acercar y popularizar el ballet y la música, elevándola a la cultura universal.

Tres parejas principales de bailarines formadas por el propio Ángel Corella, Kazuco Omori, Russell Ducker, Dayron Vera, Carmen Corella y Natalia Tapia dan vida a coreografías y piezas musicales de producción propias o adaptadas. Junto a Malikian, también componen la parte musical Humberto Armas, Arvo Part o Joan Valent. Y también forman parte de la producción coreográfica Cristopher Wheeldon y Russell Ducker.

El estreno tuvo lugar en el Teatro Tivoli de Barcelona, como punto de partida de una gira que ahora recala en el festival gaditano, entre los pase a dos y piezas musicales que llevan casi a la fundición, "con músicos que se mueven, como por ejemplo los chelos haciendo el movimiento de las agujas del reloj alrededor de una bailarina", y bailarines que tocan.

La melancolía, la calma o la agresividad se irán posando o elevando sobre un escenario en el que Ángel Corella debutó precisamente como bailarín profesional a los 15 años de edad, y donde "su público siempre nos recibe de forma apoteósica, y eso es una alegría".

Porque la trayectoria profesional de Corella le ha llevado por los más prestigiosos teatros del mundo, en el seno y al frente de prestigiosas compañías. Formó parte del American Ballet Theather, ha sido estrella invitada del Royal Ballet de Londres, del Ballet de la Scala de Milán o el Australian Ballet. Fundó su propia compañía, Corella Ballet Castilla y León, que posteriormente pasó a ser Barcelona Ballet.

Pero la falta de sensibilidad política y la ausencia de promesas y de subvenciones concedidas llevó a la disolución de la formación, que abocó al bailarín a una nueva etapa al frente del Pennsylvania Ballet, en Filadelfia, como director artístico, donde su carrera siempre ha sido arropada por la crítica. "Volver a Estados Unidos ha sido triste en parte, pero uno tiene que estar donde le quieren. Allí valoran el talento, invierten en ti aunque no seas americano, tenemos que aprender de ellos en este sentido".

Corella arremete así contra la clase política española, que como en todas las facetas deja escaparlos grandes talentos. "Nuestros ministros de Cultura y en muchas ocasiones, nuestros concejales, parecen estar en contra del arte y de los propios artistas. En EEUU he conocido a los tres presidentes, a Bill Clinton, a Bush y Obama. La señora Clinton me recibió y apoyó cuando aún tenía la compañía. Aquí no he conocido a ningún presidente, ni al ministro de Cultura. Éste es el interés de nuestros políticos, que son los que tienen que proporcionar todo tipo de arte. A ellos a lo mejor no les gusta la danza, pero hay personas a las que sí", esgrime Ángel Corella de una difícil situación, la que atraviesan los bailarines y compañías de danza españolas.

En su caso tomó la iniciativa, "y no me apoyaron, no me dieron la subvención que dijeron, ni la mitad de la mitad. Claro que si en otros aspectos como educación y sanidad también quitan pues...", dice un crítico bailarín, que también alaba la actuación del Ayuntamiento de Cádiz y del FIT. "Es un honor que tengan esta deferencia, me da mucha alegría porque hay lugares en España donde todavía importa quién eres".

Con un pie en España, de la mano de este espectáculo, Corella sigue al detalle los pormenores de la compañía que dirige, "vía mail o sky". En el poco tiempo que lleva en el Pennsylvania Ballet "me he estado acoplando, haciendo miles de entrevistas, reuniones, incluso una gala de representación y recepción que fue recogida en el New York Time", se enorgullece.

Aquí en España seguirá su gira por los Teatros del Canal y, próximamente, en el Kenedy Center de Washington. Una agitada carrera, como siempre, la de Ángel Corella, que este sábado será recibido a las 13.00 horas en el Ayuntamiento de Cádiz.

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