Cultura

El Museo se destapa

  • 'Conservar el pasado' es el título de la exposición que ayer se inauguró en la pinacoteca provincial con el objetivo de mostrar el trabajo del taller de restauración arqueológico, a través de una veintenta de piezas

El Museo de Cádiz se desnuda ante su público con una exposición que ahonda en sus principales cometidos. La conservación, "una misión ineludible de cualquier museo", y la restauración, que ya es opcional. Así lo describía ayer el director de la pinacotea provincial, Juan Alonso de la Sierra, al hilo de la muestra que se inauguró con las piezas más destacadas que en los últimos tiempos han pasado por el taller de restauración arqueológico, con vistas tanto a su recuperación, como a la puesta en valor en el marco de la exposición permanente del propio Museo.

Conservar el pasado es el título de este pequeño pero importante muestrario integrado por tres expositores con objetos de vidrio, cerámica y metal, así como un audiovisual elaborado por el Gabinete Pedagógico del Museo, que informa sobre el estado anterior y posterior de cada una de las piezas restauradas, así como las patologías que las amenazaban y tratamientos utilizados.

La delegada de Cultura, Cristina Saucedo, presentó la exposición junto a Alonso de la Sierra, con quien recorrió las tres vitrinas de la mano de uno de los grandes protagonistas, el restaurador Luis Carlos Zambrano.

"Se trata de una producción propia, como exponente del dinamismo de este Museo de Cádiz, porque aquí se trabaja mucho y bien", decía ayer Saucedo de esta "faceta oculta que son las labores de restauración y mantenimiento", de cara a la puesta en valor de estos objetos.

Una veintena de piezas integran Conservar el pasado, articulada a su vez en tres expositores con los distintos materiales tratados de todas las épocas, abarcando desde el VIII a.C., como el oinochoe -jarro de cerámica con decoración y asa- de época fenicia que fue hallado en el solar del Cómico, como una aguja de pelo o varillas agitadoras de vidrio del siglo I.d.C. (época romana), una cuchara metálica del siglo II d.C., o la emblemática figura de bronce de un Torito del siglo V.a.C. recostado en una placa rectangular, cuyos últimos estudios han determinado su uso ritual como rallador de sustancias alucinógenas. También pueden verse otros objetos como grilletes del siglo II d.C., lucerna del I. d. C, una cabeza de perro que VII a. C. que formaba parte de los rituales dedicados a la Venus Marina, protectora de los navegantes, así como embudos o cuentas de vidrio del VI o IV a. C.

Durante la intervención incidió en las medidas de carácter preventivo que se ponen en marcha para frenar los procesos degenerativos, que varían en función de la naturaleza de los materiales y de su estado de conservación.

De esta forma han sido intervenidas con diversos procedimientos, que en el caso del vidrio consiste en la fijación con resinas transparentes y reconstrucción delicada debido a su fragilidad, "que le ha devuelto de nuevo el aspecto transparente"; en el de la cerámica, en la desalación, limpieza de concreciones, la reconstrucción de los distintos fragmentos y consolidación de piezas, mientras que al metal se le somete a un proceso de estabilización electroquímica para frenar o prevenir la corrosión, informaba la delegada.

Así, entre los aspectos más curiosos que se descubren en la muestra es que materiales como la cerámica son químicamente resistentes al deterioro, y que estos fragmentos suelen aparecer fracturados; los metales son los más inestables, por lo que experimentan un proceso de corrosión mayor, mientras que el vidreo en épocas antiguas se realizaban con una técnica que no siempre estaba bien equilibrada.

Por otra parte, Cristina Saucedo anunció el título de las próximas exposiciones que tendrán lugar en el último trimestre del año, entre las que figuran la que cada año se pone en marcha con motivo del Festival de Música Española, que organiza el Archivo Manuel de Falla, y que tendrá lugar a final de noviembre bajo el título Variaciones móviles, de Joaquín Peña. Y en diciembre cerrará el año expositivo del Museo una muestra antológica del isleño Lolo Pavón.

Entre otras actividades puestas en marcha recordó la visita que organiza el Gabinete Pedagógico para los alumnos de primaria y secundaria a la sección arqueológica del Museo, y anunció el nuevo ciclo destinado a alumnos de secundaria y bachillerato en el que se darán a conocer doce piezas singulares de la pinacoteca.

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