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música | ópera

Ismael Jordi debuta en la Ópera de París

  • El tenor jerezano firmó un extraordinario Alfredo de la Traviata

El cantante jerezano Ismael Jordi acaba de sumar un nuevo triunfo en su ya prolífica carrera de tenor con la interpretación del rol de Alfredo de La Traviata de Giuseppe Verdi en la 'Opera National de Paris'.

Cuando se hace mención a la Ópera de París suele pensarse en el suntuoso Palais Garnier, uno de los edificios más hermosos de la capital de Sena y centro principal de la ópera entre el último cuarto del siglo XIX (se inauguró en 1875) y casi todo el XX, sin embargo, desde 1989 la programación de gran repertorio se ha derivado a la 'Opera National de Paris-Bastille', un moderno edificio inaugurado el 13 de julio de 1989 dentro de las celebraciones del bicentenario de la toma de la Bastilla, acontecimiento emblemático de la revolución francesa. Con sus 2.745 localidades, este nuevo, amplio y funcional templo de la lírica ha heredado todo el esplendor y la tradición de la ópera en Francia, mejorando y actualizando con sus magníficas instalaciones (sobre una superficie de 22.000 metros cuadrados, cuenta, entre otros muchos servicios y estructuras, con cinco escenarios móviles) una extraordinaria oferta escénica, demostrando con ello el interés, amor y respeto que se tiene por este arte en el país vecino.

París no es una plaza nueva para Ismael pues en la capital francesa ha sido pródigamente aplaudido en sus interpretaciones de Vicent en Le chanteur de México, opereta de Francis López, en el Théâtre du Chatelet (2006/2007) y de Wihlelm Meister en Mignon, ópera de Ambroise Thomas, en la 'Opéra Comique Salle Favart' (2010). Si es novedoso, en cambio, debutar en una plaza tan destacada como la 'Opera National de Paris' con un título tan popular como La Traviata, cuya fama provoca un interés considerable, no tanto por la obra en sí (su valía queda a estas alturas fuera de toda discusión), como por la expectativa que levanta escuchar una "nueva" voz. En este sentido se puede afirmar que la crítica ha sido muy positiva; sirva de ejemplo el comentario de Yannick Boussaert en Forumopera "Ismael Jordi continúa estrenando los roles principales en los grandes escenarios europeos, tras Londres, donde el pasado julio interpretó el papel de Leicester de María Stuarda, ha realizado su debut en las tablas parisinas. Vocalmente su presentación ha sido un éxito. Su técnica es contundente, su voz clara sabe "resguardarse del sol" cuando es necesario, apoyándose en un técnica de respiración que le permite mantener largamente el agudo de su aria del segundo acto".

Benoit Jacquot, célebre cineasta francés, firma con esta Traviata su segunda propuesta como director de escena de ópera, en ella mantiene la esencia original de esta obra fundamental del gran repertorio en una secuencia de imágenes cuasi inanimadas pero cuya dramaturgia brilla por su ausencia, recurriendo a una hermosa aunque escueta escenografía de Sylvain Chauvelot de diseño decimonónico: una gran cama con dosel y un cuadro de la Olympia de Manet en su cabecera y una peinadora con espejo para el primer acto, un frondoso árbol a cuyo pie se desarrolla toda la escena del primer cuadro del segundo acto, una escalera monumental en la fiesta de Flora en el segundo cuadro del segundo acto y para el último acto la misma cama con dosel del primer acto, desmantelada, la peinadora cubierta con una sábana y Violetta desvencijada sobre un camastro, son los únicos recursos escenográficos que se utilizan en toda la obra. Sólo la iluminación (André Diot) otorga, a veces, carácter a la escena dado que el movimiento escénico, reservado exclusivamente a los protagonistas y coprimarios, fue de lo más sintético; el coro, justo y contundente, pretendidamente inexpresivo, limitaba su actuación a cantar sus partes y, como mucho, a cambiar su apariencia con algún atrezo (sombreros y máscaras) o situándose de cara o de espaldas (dúo del segundo cuadro del segundo acto) a la escena, según se terciara. Destacable, sin embargo, la actuación del ballet con coreografía de Phillippe Giraudeau en la escena de gitanas y toreros en casa de Flora y los magnífico figurines, en estilo de la época, creados por Christian Gasc.

No puede decirse, entonces, que la escena distrajera a los protagonistas que casi siempre se hallaban en boca de escenario, hecho que pudieron aprovechar para ofrecer unas intervenciones vocales extraordinarias.

La Violeta de la soprano albanesa Ermonela Jaho, cuya voz de textura suave, matices brillantes y agudos claros; conjunto de cualidades que evidencian su excelente técnica, fue de una abrumadora intensidad, plena de expresividad y entrega, concluyó su intervención visiblemente agotada.

¿Qué decir a estas alturas del Alfredo de Ismael Jordi? Papel fetiche que ha interpretado decenas de veces en los escenarios más importantes de Europa, se ha convertido en una excelente carta de presentación y, por supuesto, en la mejor baza para su debut en la 'Opera National de Paris Bastille', audacia que se ha visto recompensada con calurosos aplausos en las siete representaciones que ha ofrecido entre septiembre y octubre al público que en todas ellas abarrotaba la Bastilla. Actualmente, como cabía esperar, su templanza en el escenario es manifiesta y viene dada por su dominio del personaje -en su doble faceta musical y dramática-, esta seguridad y entrega se advierte desde su salida a escena y se disfruta con una voz que se expande por toda la sala: su proyección es sorprendente, pero no menos prodigiosa es la dulzura de su timbre, la elegancia de su fraseo y la claridad de su dicción, el carácter de sus matizaciones en los diferentes momentos de la dramaturgia y su porte en escena.

Todas estas cualidades han convertido a Ismael en uno de los tenores más importantes del panorama internacional, cualidades logradas con trabajo, esfuerzo, seriedad y rigor a la hora de encarar el estudio de una obra o en el momento en que pisa una sala de ensayo para iniciar una nueva producción, y poco le importa que sea uno de los grandes escenarios, de los que él gusta denominar "champion league", tipo Covent Garden de Londres, 'Opera National de Paris', u otro de menos renombre, para Ismael la profesionalidad y la entrega no conocen distingo geográfico.

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