Cultura

Venecia honra a Frances McDormand, secundaria de lujo

  • La actriz presenta una serie para la HBO en una jornada de tipos 'ruidosos': Von Trier y Houellebecq

Lars von Trier y Michel Houellebecq coincidieron ayer en la Mostra de Venecia -el danés, a su manera, en este caso mediante videoconferencia... a través de la pantalla de un pequeño ordenador, desde donde aseguró saberlo "todo" sobre las mujeres al hilo de la presentación de la versión extendida de Nymphomaniac II- pero la verdadera protagonista ayer en la Mostra, entre dos personajes tan brillantes y tan cómodos en el registro provocador, fue la actriz estadounidense Frances McDormand, secundaria de lujo, casi vocacional, que recogió el Premio Persol que le ha concedido el festival por su "talento visionario", aunque ella -insistió- es, sobre todo, "una persona normal".

"Soy tan buena ama de casa como actriz", bromeó la ganadora de un Óscar por su inolvidable policía embarazada de Fargo. McDormand, de 57 años, acudió a Venecia junto a su marido, Joel Coen. La actriz aprovechó la ocasión para presentar en la Mostra, fuera de competición, su proyecto más personal hasta la fecha, una miniserie para la HBO basada en la novela Olive Kitteridge, de Elizabeth Strout. Cuando McDormand la leyó, se reconoció en su protagonista, una profesora de matemáticas que vive en un pueblecito de Nueva Inglaterra, con un carácter bastante agrio y tajante pero también muy irónico. Así que decidió comprar los derechos, y tuvo suerte porque sólo una semana después, en 2009, la obra recibió el Pulitzer. La miniserie, que se estrenará en noviembre y contará también con Bill Murray, narra las vidas en apariencia anodinas de los habitantes de ese lugar, y especialmente de Olive y su familia: su marido (Richard Jenkis) y su hijo Christopher (John Gallager).

"Decidí hacerlo porque mi hijo tenía 13 años y sabía que en cinco años se marcharía de casa. Quería estar ocupada", explicó esta intérprete habitual en las películas de Robert Altman, John Sayles o por supuesto los hermanos Coen. "Lo que me gusta del personaje es que es una mujer que no gusta a todo el mundo, aunque nadie la puede ignorar porque está presente en la vida de todos. Eso encaja con lo que yo he sido toda la vida: una actriz secundaria. Es como si hubiera estado ensayando 35 años para el papel", afirmó McDormand.

Casi desapercibido ante la expectación que causó la comparecencia de Von Trier, que transcurrió en un tono de broma grandilocuente, Michel Houellebecq presentó fuera de competición s la segunda película que protagoniza tras la recién estrenada El secuestro de Michel Houellebecq. Ahora, en Near Deah Experiencia, de Benoit Delépine y Gustave Kervern -que calificaron su obra como "un poema visual"-, el escritor francés, autor de Ampliación del campo de batalla, Las partículas elementales o la más reciente El mapa y el territorio, encarna a un hombre quemado por su familia y su trabajo que un día, de súbito, huye en bicicleta a las montañas de la Provenza para dejarse morir allí.

La cinta se rodó en nueve días, con un equipo básico y poco presupuesto, y la idea desde un principio fue que él la protagonizara. "Es muy divertida la idea de actuar, nunca lo habría pensado. Para ser honesto, pensaba que no sería capaz", dijo Houellebecq, alabado así por Kervern: "Es un actor extraordinario, con un gran carisma y, sobre todo, una asombrosa facultad para imponer el silencio".

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