Mucho se ha escrito ya sobre las posibilidades que ofrece Internet. No es de extrañar que la literatura también haya encontrado diversas formas, no solo de surgir, sino de subsistir y reproducirse en dicho medio. Miles de escritores, anónimos y conocidos, dan rienda suelta a su pluma a través de distintas plataformas como los blogs y las redes sociales. De un tiempo a aquí, estos autores han ido creando su pequeño círculo de amistades y lectores, difundiendo su material y llegando incluso a ser bastante conocidos en la red. El paso entre escribir en un blog y autoeditar una tirada de 5.000 libros no es fruto de un día, pero algunos empezaron con pequeñas ediciones de 40 o 50 libros y con el tiempo el intervalo entre una y otra ha sido más breve, debido en algunos casos a la alta demanda.

Daniel Ortega Cobacho es ingeniero eléctrico, trabaja para una empresa especializada en sistemas de contraincendios. Sin embargo en su tiempo libre, 'Don Cobacho', como se hace conocer en la red, escribe en un blog -www.alpensarmiento.blogspot.com- que cada vez suma más seguidores. "Descubrí este tipo de blogs a través de Escandar Algeet. Iba pasando de web en web, de comentario en comentario y me lancé a escribir uno yo también", cuenta. "Así, fui descubriendo autores que ahora están vendiendo bastante: Carlos Salem, Elvira Sastre, Irene García Mellado...También fui conociendo gente y haciéndome más conocido a la vez".

Algunos de estos poetas nacidos en la red se han asociado para editar su material y venderlo sin intermediarios. "Han nacido editoriales llevadas por estos blogueros, una de ellas, 'Ya lo dijo Casimiro Parker' básicamente publica a blogueros. Se unen por la poesía, sobre todo, nacida en Internet".

Anecdotario de un regreso, el libro que acaba de publicar en la red Daniel Ortega Cobacho, nació de uno de estos blogs y ha sido editado online, mediante una página web que te asigna un código ISBN, registra tu material bajo derechos de autor y, en algunos casos, incluso te da la opción de hacer una versión digital del mismo. "Siempre he estado pensando en hacer un poemario. De un año a aquí, pensé primero en imprimirlo en cualquier fotocopiadora, graparlo y darlo a la gente que yo quisiese. Pero empecé a escribir y vi que aquello tomaba forma de libro, a tener un sentido, y buscando cómo editarlo descubrí este tipo de páginas", cuenta. "Hice una primera tirada de 30 libros porque pensaba que nadie más me lo iba a pedir, solo amigos y familiares. Ahora estoy buscando una web para hacer una nueva tirada de 50 o más ejemplares atendiendo a la gente que me lo está pidiendo a través del blog. Hay algunas webs que te colocan el ejemplar en la Casa del Libro o el Corte Inglés; incluso la Casa del Libro te da la opción de hacer una versión digital del mismo. El mío de hecho también la tiene".

Aún con todas las posibilidades que ofrece Internet, al final, por naturaleza, el escritor termina buscando que su obra se materialice sobre el papel. "Tenerlo físico para mí es algo muy significativo", explica. "En cuanto empecé a publicitarlo por Twitter me escribió una persona que no me seguía en ninguna red social, simplemente le llegó la información de mi libro y me escribió pidiéndome uno. Que alguien de Pontevedra quiera comprar un libro de un chaval de Cádiz que no es conocido, pues significa mucho para mí".

Estas pequeñas tiradas nacen del amor al arte, más que de esa continua búsqueda del beneficio económico. "Cuando me canse de explotar este libro me gustaría editar otro, pero que trate sobre otros temas más sociales o existenciales".

La parte positiva de estos pequeños círculos literarios, formados en las redes sociales, es el vínculo que se crea entre el autor, la obra y el lector. "Hace poco leí una crítica acerca de que, en estos círculos, nadie es capaz de decirte que has hecho una mierda de poema, que todo esto es una paja literaria entre ellos... Pero no por eso la poesía es peor, simplemente se apoyan. Por lo menos no tienen esos rifirrafes de egos que suelen rodear a la literatura".