Cultura

El poder de la obra seriada

Lo primero que se nos viene a la mente al entrar en la Galería de Fali Benot para contemplar esta exposición de obra gráfica es una agradable sensación de historia expositiva; emoción porque, con lo que está cayendo, la galería sigue abierta después de más de dos décadas y, emoción absoluta porque el grabado sigue presente en el contexto general de una galería que nació con la intención de apostar por la obra seriada y que, además, comenzó la andadura con una magnífica muestra sobre la esclarecedora obra de Fernando Bellver. El tiempo ha pasado, mucho ha ocurrido a lo largo de tantos años, pero la ilusión y el entusiasmo siguen vivos en la familia Benot, en Fali, en Esperanza, en Lucía y, ahora, en otros menesteres artísticos, también, en Lorena. Y, además, con la fidelidad de los que están con ellos casi desde el principio, Carmen Bustamante, Pedro Escalona, Ricardo Galán Urréjola, Carlos Morago, Cecilio Chaves y Hernán Cortés, que son los artistas que, ahora, presentan sus obras.

La obra gráfica ha sido, pues, una apuesta permanente desde la dirección de esta galería, lo que se puede apreciar en el fondo de obras que la galería posee, donde existe una completísima selección de los mejores artistas que han destacado en esta modalidad. Por eso, sin solución de continuidad, en los espacios de la calle Ramón de Carranza se presentan muestras de grabados de importancia, que permiten el acercamiento a obras de autores significativos y a precios asequibles. Para la ocasión, el galerista gaditano ha preparado una completa exposición con seis de los artistas que habitualmente forman parte de su bien surtido catálogo.

La exposición nos conduce por obras de estos que no desmerecen absolutamente de la obra no seriada que llevan a cabo. Una bellísima serigrafía de Hernán Cortés con un espectacular paisaje de Cádiz nos recuerda que el pintor gaditano es, a la vez, que el gran retratista, uno consumado hacedor de paisajes, prueba de lo cual fue aquella serie que la galería editó hace ya más de veinte años y que, actualmente son piezas de culto. Pedro Escalona nos presenta un espectacular conjunto de piezas donde el tiempo parece haber detenido su discurso y el presente y el futuro diluyen sus fronteras en una obra de silente manifestación y emotiva espiritualidad. Dos aguafuertes de distinto contenido pero una misma bella estructuración formal expone Carlos Morago; un paisaje interior y una composición natural nos convence de la fortuna creativa de este artista dominador ampliamente del elemento figurativo. La altura pictórica de Carmen Bustamente se nos ofrece, una vez más, con todo su poderoso carácter, mostrándonos esa bellísima realidad de la costa gaditana, a la que la artista imprime un sello único e irrepetible. Las azoteas de Cádiz, con su espectacularidad y su inconfundible estructuración visual, son de nuevo la oferta de un Cecilio Chaves, consumado pintor del tema y ejecutor preciso de una realidad que él hace importante. Por último, Ricardo Galán Urréjola se nos presenta con esa sobria pintura, de expresividad absoluta y dando forma a un paisaje de Cádiz que lleva la inconfundible huella del artista gaditano.

De nuevo, como al principio de su andadura expositiva, la galería de Fali Benot oferta la posibilidad de que la obra gráfica llegue a todos los estamentos y sea asequible para los aficionados a la bue-na pintura.

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