El Arte Contemporáneo, por su compleja realidad, presenta bastantes dificultades para acceder a su, más o menos, total comprensión. Todos los que nos dedicamos a esto hemos ansiado, en no pocas ocasiones, poseer las claves para poder tener la absoluta certeza sobre lo que contemplamos, sobre todo cuando nos requieren la explicación de alguna de las muchas obras que forman parte de ese cajón de sastre que es la creación moderna. Algo de esto debió pensar el artista finlandés Roger Gustafsson cuando necesitó explicar a sus hijos las muchas tendencias del arte del siglo XX y sus principales realizadores. Para ello se valió del mumin, el famoso personaje de la escritora, también finlandesa, Tove Jansson.

Creemos que esta exposición, una de las tres grandes muestras que actualmente ocupan los espacios del ECCO de Cádiz, es importante por varias razones. En primer lugar porque nos ha permitido contactar con uno de los grandes artistas europeos - artista que desgraciadamente falleció hace unos días mientras se celebraba la exposición gaditana-; también porque, con ella, nos ha proporcionado muy buenos argumentos para darnos cuenta de las infinitas circunstancias que acontecen en torno al artista nórdico y, sobre todo, porque nos sitúa en esa extraordinaria lección que nos dicta desde las escuetas manifestaciones proporcionadas desde el muñequito infantil. Y es que desarrollar las muchísimas tendencias artísticas que ha producido en el arte del siglo XX es alto complicado y dificilísimo de explicar a los más pequeños, a los adultos y a casi todos. No tenemos nada más que mirar a nuestro alrededor y a nosotros mismos para constatar todo esto.

El artista finlandés convierte el mumin - ese pequeño troll, sin boca de contundente narizota que recuerda una especie de feliz hipopótamo - en una especie de hucha y desde ella se adentra en los momentos más importantes de arte contemporáneo y sus artistas. El surrealismo, los amplios desarrollos del arte conceptual, las intervencionistas actuaciones del arte de acción, las controvertidas acciones del body art y del land art, los postulados del mínimal, las provocativas realidades de algunos de los planteamientos del art povera… y, así, una serie de las muchas tendencias artísticas que se han sucedido a lo largo de un siglo en el que una manifestación se sucedía a otra, sin apenas tiempo ni espacio o compartían escenario cronológico, haciendo difícil la asimilación de tantos y tan contundentes episodios artísticos.

El pequeño hipopótamo se reviste de algunos de los más significativos aspectos que dejan traslucir tales tendencias en las obras más significativas de cada uno de sus representantes. El Homenaje de Roger Gustafsson a los artistas es tremendamente amplio y abarca todos los postulados de un arte especialmente abierto. Así, entre muchísimos, nos encontramos a un particularísimo mumin Magritte con bombín, traje, bastón y, por supuesto, su famosa frase "ceci n'est pas un… moumine", el mumin Klein pintado de azul, el mumin Christo totalmente envuelto, el mumin Calder como móviles, el mumin Fontana con una significativa rotura, el mumin Hirschhorn atrapado en su envoltura de papel precinto, incluso el mumin Manzoni con su lata de "merde de mumin", el mumin Hirst metido en su caja de cristal y llena de formol, el mumin Beuys envuelto en fieltro, el mumin Kosuth asumiendo su condición conceptual, el mumin Flanagan con su sempiterno conejo que en este caso Gustafsson le ha asumido la identidad de Bugs Bunny y, de esta manera, los mumins artistas más importantes de nuestro arte más inmediato: Cragg, Opalka, Arman. Kapoor, Pistoletto, Gordon, Buren, Baselitz, Man Ray, Oppenheim, Richter, Bourgeois, Beecroft y un largo etcetera que nos pone en la sintonía de un arte con infinitos matices.

Magnífica exposición la que se presenta en el ECCO gaditano porque nos abre las puertas de un arte sin fronteras y nos hace acercarnos a la imagen sempiterna de un muñequito que nos hace tremendamente amable y cercano el dificultoso compromiso estético del arte contemporáneo.

ECCO Cádiz