Operación 'Bautismo'

La Guardia Civil recupera dos libros bautismales del XVI que fueron robados

  • Los sustrajo un trabajador que realizó labores de mantenimiento en la parroquia de Villamartín hace 8 meses. Iban a ser subastados a través de Internet con un precio de salida de 2.100 euros por un anticuario barcelonés

La Casa de la Iglesia, el palacio episcopal de Jerez, fue ayer el escenario donde la localidad de Villamartín recuperó un importante trozo de su historia. Corrían las navidades de 1525, hace ya casi medio milenio. Unos padres, Alonso y Catalina, inscribían el 25 de diciembre de dicho año a su hija María en el libro bautismal de la primigenia parroquia. Allí, estrenando el primer libro bautismal de Villamartín, quedaba para la eternidad el nombre de la pequeña. Reinaba por entonces Carlos I, de la Casa de Austria, y España empezaba a gestionar ese imperio que apenas tres décadas antes Colón abrió al mundo en América.

Ese libro, ese documento valioso, podría haber acabado en cualquier rincón del mundo, en el expositor de cualquier coleccionista, de no ser porque un vecino de la Villa, Juan Márquez Sierra, un amante de las antigüedades, se percatara de que en Internet se iban a subastar dos libros bautismales de la parroquia de Villamartín. La oferta le pareció extraña. Esos documentos debían de estar en la parroquia, en manos de la Iglesia, y no en manos privadas y menos aún expuestos a la puja.

Raudo, se puso en contacto con el párroco. Éste le dijo que era imposible, que esos libros estaban archivados en la parroquia. “Es más, el archivador que debía contenerlos estaba en su sitio”, dijo el sacerdote José Manuel Álvarez Benítez, visiblemente contento por la recuperación. La sorpresa vino, lógicamente, cuando se abrió que el archivador y vieron que éste estaba vacío.

La denuncia ante la Guardia Civil fue inmediata y además obtuvo una rápida respuesta. “Un trozo de la historia de Villamartín estaba a punto de perderse”, manifestó el religioso. La Benemérita se puso de inmediato manos a la obra a través de su unidad de Lucha contra la Ciberdelincuencia y la de Patrimonio, las cuales se llevaron ayer todo tipo de elogios por parte del subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, así como del jefe máximo de la Guardia Civil en la provincia, el coronel jefe Antonio Tocón, y el alcalde de Villamartín.

Lo primero que había que hacer estaba absolutamente claro: paralizar la subasta. Y eso fue justamente lo que hizo la Guardia Civil, localizar a la persona que lo iba a subastar e impedir que la web en cuestión, Todocolección pusiera en venta dos libros robados. La oferta de salida por estos libros bautismales de casi 500 años de antigüedad fue de 2.100 euros. Podría haber alcanzado fácilmente un valor muy superior, quizás podría hasta triplicarlo.

El propietario resultó ser un anticuario de Barcelona, el cual recibió la visita de la Guardia Civil. “Una entrevista con él dejó claro a los agentes que había comprado de buena fe”, destacó el coronel Tocón. Dicho de otra forma, el comprador no sospechó en ningún momento que pudiera estar incurriendo en un delito de receptación, es decir, de compra de objetos robados.

Tirar del hilo fue fácil. Tan sólo restaba conocer la identidad del vendedor que ofreció dichos libros al anticuario barcelonés. Entonces se supo que se trataba de un vecino de la propia Villamartín, el cual había realizado unos trabajos de mantenimiento en el interior de la parroquia. “El párroco, en su buena fe, le dejó cambiarse de ropa en el archivo”. Y fue entonces cuando aprovechó para vaciar el archivador, coger los dos primeros libros bautismales de la parroquia, y devolver el archivador a su sitio pero vacío de contenido. En apariencia nada había cambiado en la habitación, pero dos de sus más preciados tesoros habían desaparecido.

Nada menos que ocho meses transcurrieron entre la sustracción y la aparición de los libros en Internet. Fue entonces cuando toda la maquinaria policial se puso en marcha. El detenido fue puesto a disposición del juez.

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