Los candidatos presidenciales Hillary Clinton y Donald Trump redoblaron ayer sus esfuerzos para convencer a los votantes indecisos en Estados claves que les voten en el esprint final de la carrera electoral hacia la Casa Blanca.

Dos días antes de las elecciones, Trump visitó ayer cinco Estados: Iowa, Minnesota, Michigan, Pensilvania y Virginia. Hoy estará en Florida, Carolina del Norte, Pensilvania y New Hampshire.

Su rival hizo ayer mítines en New Hampshire y Ohio, y hoy hará paradas en Carolina del Norte y Michigan y cerrará la campaña en Filadelfia (Pensilvania), junto al presidente Barack Obama, la primera dama Michelle Obama, su esposo y ex presidente Bill Clinton y su hija Chelsea.

En EEUU no hay jornada de reflexión y los candidatos hacen campaña hasta el último minuto.

Y es que las últimas encuestas dan a Clinton una ventaja de entre 3 y 5 puntos sobre Trump. Pese al recorte considerable de la ventaja de la que Clinton disfrutaba hace algo más de una semana, Trump sigue sin ser capaz de superar su techo del 43%.

Una encuesta publicada ayer y realizada entre los días 1 y 4 para el diario The Washington Post y la cadena ABC News da a Trump un 43% de intención de voto, frente al 48 de Clinton.

Por su parte, Político y la consultora Morning Consult sitúan el apoyo de Trump en el 42% y el de Clinton en el 45 a nivel nacional, según un sondeo conjunto realizado el viernes y sábado.

La media de las principales encuestas realizada por RealClearPolitic, que tiene en cuenta a los candidatos de los partidos minoritarios de los Libertarios y Verdes, sitúa el apoyo a Clinton en 44,9% y el de Trump en el 42,7%.

Trump ha sido incapaz en casi todas las encuestas de superar el 44% de intención de voto, lo que muestra su incapacidad de superar su núcleo de incondicionales y de republicanos que optan por el voto antiClinton pese a no simpatizar con las ideas y el comportamiento del magnate inmobiliario.

Por su parte, el magnate fue evacuado el sábado del escenario durante un acto electoral por agentes del servicio secreto en Reno, Nevada, por una presunta amenaza.

Un hombre que se encontraba entre el público fue detenido y poco después puesto en libertad. Según los servicios secretos, no se hallaron armas. Trump regresó al escenario pocos minutos después y continuó con su mitin.

Según los testigos, el revuelo se desató cuando alguien del público gritó: "¡Tiene un arma!". Poco después se produjo una pelea. Las imágenes de televisión mostraron cómo un hombre era conducido fuera por los agentes de seguridad. Según NBC News, el detenido contó que era republicano de pura cepa y sólo intentó levantar una pancarta en la que se leía: "Republicanos contra Trump".

A través de Twitter, el candidato agradeció más tarde a los agentes "su rápida y profesional respuesta". A su regreso al escenario, declaró: "Nadie dijo que fuera a ser fácil. Pero no nos detendrán jamás. Jamás nos detendrán".