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El no desata una revolución autonómica en el Reino Unido

  • Cameron promete más competencias para Escocia y también para Gales e Irlanda del Norte. El 'premier' insiste en que el asunto de la secesión se resolvió para "una generación"

El primer ministro británico, David Cameron, abrió ayer la puerta a una revolución autonómica en todo el Reino Unido tras el rechazo, por amplio margen, a la independencia de Escocia en el referéndum del jueves. 

 

Con una participación que llegó a casi el 85%, los residentes de Escocia mayores de 16 años dijeron no a terminar con el Acta de Unión de 1707, que une a la región con el Reino Unido, pero la consulta ha sido una llamada de atención al poder desempeñado por el Parlamento de Westminster. 

 

En una declaración ante la residencia oficial de Downing Street, el líder conservador manifestó su satisfacción por la decisión de los escoceses de mantener unidas a las "cuatro naciones": Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, al término de una campaña que -dijo- "cautivó la imaginación" de la población. Con este plebiscito, el asunto de la independencia de Escocia queda resuelta para "una generación". 

 

Como prometió la campaña del no en los días previos al plebiscito, el jefe del Gobierno aseguró que los principales partidos británicos -conservador, laborista y liberademócrata- cumplirán "en su totalidad" con la entrega de más poderes a Escocia, como asuntos fiscales y del Estado del bienestar. 

 

Cameron -que hasta casi el final se mantuvo al margen de la campaña del no por el recelo que su partido provoca en Escocia- confió en que para noviembre los partidos puedan acordar un paquete de transferencias de poderes a fin de que la legislación esté redactada en enero de 2015. 

 

"El resultado ha sido claro" y "es el momento de la unidad del Reino Unido", resaltó Cameron tras confirmarse que el no a la escisión ganó con un 55,30% de apoyo. 

Pero al igual que Londres se compromete a "devolver" al Parlamento de Edimburgo más competencias, el primer ministro consideró que las otras naciones también deberán tener "voz". 

 

Así, el líder tory, que buscará la reelección en mayo de 2015, aseguró que le ha llegado el turno a Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte de tomar más decisiones. 

"Hemos escuchado la voz de Escocia" y "los derechos de estos votantes deben ser respetados, preservados y aumentados", señaló. Y consideró "justo" que un nuevo acuerdo de autonomía con Escocia esté acompañado por otro que se aplique a "todas" las naciones que forman el Reino Unido. 

 

Según explicó, hay propuestas para que la Asamblea de Gales tenga más poderes y que las instituciones norirlandesas trabajen de "manera efectiva". Así como el Reino Unido ha escuchado a Escocia, "ahora hay millones de voces en Inglaterra que deben ser escuchadas", afirmó Cameron. 

 

De esta manera, el primer ministro consideró que el proceso para entregar más poderes al Parlamento de Holyrood debe ir en paralelo a un plan para dar autonomía a otras regiones británicas, especialmente a Inglaterra pues Irlanda del Norte y Gales ya tienen sus propias asambleas. 

 

Para ello, el Gobierno encargará al ex ministro de Asuntos Exteriores William Hague que elabore planes de concesión de poderes que deberán contar con un amplio apoyo de todos los partidos del Parlamento de Westminster. 

 

Al mismo tiempo, Cameron defendió su decisión de acordar con el ministro principal escocés, Alex Salmond, la celebración de esta consulta, después de las críticas recibidas por haber permitido un plebiscito que arriesgaba la partición del Reino Unido. Según el premier, el mandato electoral que recibió el SNP de Salmond en los comicios escoceses de 2011 no podía ser ignorado. 

 

Y calificó al referéndum de "reñido" y una demostración de la "fortaleza y la vitalidad de una antigua democracia".

 

Por su parte, Isabel II afirmó ayer que el "amor por Escocia" es aquello que mantiene unidos a los británicos tras el referéndum. La soberana, de 88 años, pasó la jornada y la noche electoral en su residencia escocesa de Balmoral, desde donde se mantuvo puntualmente informada. 

 

"En Escocia y en otras partes, hoy habrá sentimientos intensos y emociones confrontadas. Entre familiares, amigos y vecinos. Esa es, por supuesto, la naturaleza de la tradición democrática robusta de la que disfrutamos en este país", dijo en un comunicado. "Tras meses de discusiones, debates y un proceso de reflexión, conocemos el desenlace del referéndum. Es un resultado que todos nosotros, en todo el Reino Unido, vamos a respetar", sostuvo la reina.

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