Amaneció bajo la amenaza de la duda. Nubes sí, nubes no, paraguas sí, paraguas no... pero finalmente el tiempo respetó la jornada de fiesta y los portuenses no dejaron de acudir a su cita con las sevillanas y el vino fino un día más con sus mejores galas. Ni los portuenses faltaron ni ciertos usuarios ya a la Feria como el presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, cuya edición estuvo dedicada a su comunidad, hace dos ediciones, o las ninfas del Carnaval de Cádiz ataviadas con el traje de piconera.

Aunque las primeras previsiones meteorológicas auguraban que sería un día tranquilo, poco a poco fue animándose el recinto ferial y llenándose por tercer día consecutivo de volantes y color. Y caballos. Porque si alguien no puede faltar a una jornada de feria esos son los caballistas. “Yo vengo aunque llueva”, cuenta Fernando Ariza, jinete de la Real Escuela de Arte Ecuestre. Junto a la montura guarda la ropa de agua por si la lluvia vuelve, aunque mira hacia al cielo con la esperanza de que el buen tiempo se mantenga y tener así una buena jornada. Lleva toda una vida viendo Las Banderas desde otra altura, desde otros ojos. Reconoce que hay menos gente, que seguramente los coches de enganche les superen en número, “igual por el tiempo” pero aún así piensa que esto es una cosa que hay que vivir, y precisamente por este motivo no le importa subir a su caballo a quien se lo pida y darle una vuelta por el recinto o que se haga una foto. Jorge por su parte es el primer año que viene a la feria con su caballo quien no se muestra tan dispuesto a acoger a cualquiera sobre su grupa. “Todo depende de la nobleza del caballo”, explica “pero generalmente casi todos son muy generosos”.

En cuanto a los actos institucionales programados en el día, el PP se adelantó a otros partidos e hizo entrega ayer en su caseta de feria de una placa a la organización Cáritas a modo de reconocimiento a su actividad social y trayectoria en la ciudad.