Feria de El Puerto

Variedad e innovación estilística en la moda flamenca de esta Feria

  • Las diseñadoras ofrecen este año propuestas más arriesgadas en las que el color estrella es el morado y donde predominan los volantes voluminosos y los complementos de gran tamaño

La Feria no se entendería sin el habitual desfile de mujeres luciendo sus mejores galas por las calles del Real. Diseñadoras y modistas apuran sus últimos pespuntes con el fin de presentar en el recinto ferial los mejores trajes de flamenca de la temporada.

El traje de gitana tiene sus orígenes en las antiguas ferias del ganado, donde las gitanas y campesinas andaluzas lucían batas humildes con volantes que fueron evolucionando hasta el actual traje de flamenca, que construye toda una industria a su alrededor.

En esta Feria prevalecerán las mangas muy voluminosas con volantes estrechos y largos, con el escote amplio de pico. Como complementos tienen cabida los pendientes grandes —pero discretos— procurando respetar el colorido del traje.

Para esta edición el color estrella, según la mayoría de diseñadoras, vuelve a ser el morado, un color clásico y con mucha fuerza que suele encandilar a un gran número de mujeres.

Sin embargo, la tendencia a innovar y buscar nuevas combinaciones y estilos está en alza, no solo a nivel de colorido, donde el color verde agua o el salmón están apareciendo, también a nivel estilístico.

Samara, diseñadora portuense, apuesta este año por una innovadora colección llamada Sentimiento Mestizo, inspirada en la fusión del mundo flamenco y el mexicano. Son trajes alegres y elegantes, que combinan los tradicionales volantes con faldas al estilo mexicano, y que suelen dejar el hombro al descubierto.

Samara es una enamorada del traje de gitana: “Es una prenda de moda que me enloquece, que me hace disfrutar al 100% de mi trabajo”. Su método de trabajo comienza con una exhaustiva documentación previa. Luego, se reúne directamente con sus clientes, con las que acuerda los detalles de cada traje, que realiza en exclusividad.

La joven diseñadora define la moda flamenca como una moda “rica en colores, abudante en detalles y adornos, en la que he buscado mi sello propio con la mezcla del estilo flamenco y el mexicano, intentando conseguir vestidos únicos y exclusivos”.

En una línea más tradicional se encuentra la diseñadora Mónica Bobo, que aboga por no perder las características clásicas del traje de flamenca. Apuesta por colores suaves como el amarillo natilla, otros más vistosos como el rosa ácido y algunas mezclas arriesgadas como es la del color chocolate con el dorado.

Su colección es muy colorista y se basa en pensarlo todo minuciosamente en función de las características personales de cada cliente. “Cada persona tiene su traje, todo consiste en buscar el equilibrio necesario. Tienes que estudiar las características físicas de cada clienta, sus rasgos principales, y tenerlo en cuenta en la elección del color, de las formas, de los tejidos y de los complementos... No se puede estandarizar los trajes” comenta la diseñadora.

En cuanto a los complementos, Mónica destaca las maxiflores      —flores enormes—, la tradicional peineta y los collares maxi. Los pendientes o zarcillos serán este año más discretos, y los zapatos seguirán siendo clásicos. Los vestidos infantiles de flamenca buscarán, una vez más, la comodidad y la ligereza. Trajes cortos imitando el modelo Marisol que tan divertido y práctico resulta.

La Feria vuelve a mostrar una enorme variedad estilística que ensalza el excelente momento que vive el traje de flamenca, un vestido que evoluciona cada año y que reúne a los grandes talentos de la moda portuense. 

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