España

Castro y la "enfermedad recurrente" de Horrach

  • El instructor del caso Nóos pide moderación al fiscal en su derecho a la libertad de expresión.

El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, José Castro, lamentó ayer que las palabras del fiscal anticorrupción Pedro Horrach contra él se hayan convertido en una "enfermedad recurrente" y le instó a moderar "un poquito el ejercicio a su derecho a la libertad de expresión".

"Otros ya lo hacemos y, créanme, cuesta", apostilló el juez, quien durante más de cuatro años instruyó el caso Nóos. El magistrado se pronunció en este sentido después de que Horrach, en el informe que expuso la semana pasada en el juicio de la causa, le acusara de construir un "andamiaje sobre conjeturas y sospechas de gran calado y aplauso mediático" para sentar en el banquillo a la Infanta Cristina.

Al respecto, Castro no adoptará ninguna medida: "Yo no acuso a nadie de nada".

Durante su intervención, Horrach criticó que la instrucción del caso Nóos se convirtiera en "persecución" y se primase "la apariencia de la justicia por encima de la justicia". Y todo ello, en base a "malabarismos jurídicos retorcidos y engañosos" y la utilización del "fraude de ley" por parte de Manos Limpias para mantener acusada a la hermana del rey Felipe VI.

La defensa de Diego Torres acusó ayer por su parte al fiscal Anticorrupción de convertir el juicio del caso Nóos "en una ceremonia para la distracción del vecindario" y apuntó a las "disparatadas soflamas" en las que ha basado sus acusaciones durante la vista oral, llegando incluso a aludir a la "torpeza probatoria" por parte del Ministerio Público.

El abogado Manuel González Peeters arrancó su informe final con duras críticas al fiscal, al haberse "parapetado en que es garante de la legalidad vigente" y haber sustentado sus acusaciones en un continuo "porque sí".

"Me da la impresión de que no he estado en este juicio", manifestó González Peeters, quien se respondió que "sí, yo sí que he estado" y quienes no lo han hecho son las acusaciones, que "debieron de alquilar un minibús" para irse a Randa con quienes debían declarar "para ver si estos eran imbuidos por la ciencia infusa".

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