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Elecciones 20-d

Rajoy se aferra al bipartidismo

  • El candidato a la reelección insiste en que los debates son cosa de dos. "Lo lógico es que debata con Pedro Sánchez, es lo que siempre se ha hecho en España", expresaba.

"El domingo estuve en Bruselas, hoy he estado en París, llego a donde llego". No le falta razón. Es el presidente del Gobierno, y su asistencia era inexcusable en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno en la capital belga y no debía ser menos en el cónclave mundial sobre el cambio climático que se inició ayer en la capital francesa. "Algunos tienen todo el día para hacer debates". Mariano Rajoy se refería a los otros tres candidatos con posibilidades de llegar a La Moncloa el próximo 20 de diciembre, que mientras era anoche entrevistado en Telecinco se batían el cobre a tres bandas con una silla vacía, la de él, que declinó su asistencia. Llega donde llega, pero estaba en Madrid, como los otros tres tenores. Pero el aspirante a la reelección lo tiene muy claro. "En España siempre ha habido debates entre el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición", proclamó, como ajeno a que el bipartidismo está en caída libre, como ya se visualiza en algunas de las grandes  ciudades españolas y varias comunidades desde el 24 de mayo, donde las fuerzas emergentes como Ciudadanos o Podemos han irrumpido en alcaldías y parlamentos autonómicos en detrimento del viejo pulso PP versus PSOE.

En su entrevista anoche con Pedro Piqueras, Rajoy se mostró comprensivo con todo quisque, aunque subrayó que dos de sus grandes rivales en lontananza son fuerzas extraparlamentarias y que otras, como IU o UPyD, también se ven reducidos a espectadores en los debates televisados de mayor enjundia pese a su presencia en el Congreso. "Lo lógico es que yo debata con el PSOE, he  hecho exactamente lo mismo que hice en ocasiones anteriores que fui candidato y lo mismo que se ha hecho en España desde que hay debates", reiteró.

Lo que no admite dudas es que pase lo que pase dentro de 20 días, no habrá un ganador absoluto como lo fue él hace cuatro años. Y ante ese panorama, también lo tiene muy claro. "Que el que gane, gobierne". Su aliado natural para una eventual alianza postelectoral, Ciudadanos, le tiene un tanto despistado. "En algunos ayuntamientos y comunidades nosotros ganamos y Ciudadanos se fue con otras fuerzas, en otros nos dejó gobernar, como en la Comunidad de Madrid", recordó, no sin de dejar de recalcar la bisoñez de los tres candidatos que tanto le echaron anoche de menos. "He sido concejal, diputado, ministro...". La experiencia es para él un valor añadido, "lo que sirve en los momentos difíciles", por eso confía en seguir en el mascarón de proa del nuevo tiempo político que se abre paso.

Sobre la amenaza yihadista, un mensaje confortante, "los españoles pueden estar tranquilos, aunque nadie está libre de nada"; sobre Cataluña, "prudencia y proporcionalidad", aunque lamentó que  entre Mas y la CUP, "todas las salidas son malas", y sobre la arena electoral, la promesa de elevar a cuatro años la tarifa plana de 500 euros a los contratos indefinidos.

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