El presidente catalán, Artur Mas, marcó ayer distancias con su mentor político, Jordi Pujol, al negar cualquier relación y conocimiento con los hechos que el juez imputa al ex president por presunto fraude fiscal y blanqueo, al tiempo que rechazaba comparecer pese a las reclamaciones de PPC y Ciutadans.

En la sesión de control del Parlament, Mas declinó de nuevo acudir a la comisión de investigación del caso Pujol, en esta ocasión tras la imputación del ex presidente de la Generalitat, quien, junto a su esposa, Marta Ferrusola, y tres de sus hijos, están acusados por indicios de delitos de fraude fiscal y blanqueo de capitales.

La juez considera "sospechoso" que los fondos de la familia provengan de una herencia de más de 30 años atrás sin documentar, que el propio Pujol confesó haber tenido en Andorra.

En su turno de palabras, el líder de Ciutadans (C's), Albert Rivera, lamentó que ERC "salve" a Mas de acudir a la comisión del caso Pujol y, dirigiéndose al presidente catalán, aprovechó la sesión para interrogarle directamente sobre este tema. "Señor Mas, usted, que fue el conseller en cap, la mano derecha, el delfín, la persona designada por Pujol para continuar con la saga de poder de los Pujol, señor Mas, le pregunto: ¿usted estaba al corriente o no se enteraba de nada?", preguntó Rivera.

"Me preguntan si sabía lo de la confesión de Pujol, y la respuesta es no. Le puedo decir mil veces que no lo sabía, pero le da igual, porque quiere escuchar que sí lo sabía", replicó el presidente catalán, que agregó: "Usted me acusa de decir mentiras, pero quiere que diga una mentira (reconociendo que sí lo sabía). Usted es un gran actor. Se le ve el plumero de lejos".

Mas insistió en su respuesta al líder de C's en que no tenía conocimiento de los hechos confesos del ex president, ni sobre supuestas comisiones ilegales por adjudicación de obra pública, ni sobre posibles implicaciones de otros miembros del Govern en actos presuntamente delictivos, cuando era conseller en cap de Jordi Pujol.

Mas también se reafirmó ayer en su hoja de ruta, que incluye adelantar las elecciones sólo si hay una lista conjunta de partidos favorables a la independencia, y escenificó de nuevo sus diferencias con el líder de ERC, Oriol Junqueras, sobre los pasos que hay que dar tras el proceso participativo del 9N.

"Sería muy absurdo y muy poco coherente que, tres semanas después, variase en algo en lo que creo mucho", destacó el president en respuesta al primer secretario del PSC, Miquel Iceta, preguntado por su estrategia.

Mas recalcó que está abierto al diálogo tanto con ERC como con el resto de fuerzas, agregó que las elecciones "se pueden anticipar en el primer semestre de 2015 y antes de las municipales si sirven para hacer el referéndum", y recordó a Junqueras que no las convocará si sólo son para cambiar la mayoría en la Cámara catalana.

Junqueras consideró por su parte inviables los Presupuestos del Govern, su calendario de aprobación, y que pretenda que un eventual adelanto de las catalanas pueda solaparse con "el calendario electoral español". "Necesitamos unas elecciones lo más pronto posible" y convocarlas "más allá" de febrero o marzo "no es bueno" por la proximidad de otros comicios, los municipales, había apuntado Junqueras en una entrevista en TV3 antes de la sesión de control.