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Alan D. Solomont, Embajador de Estados Unidos en España

"Los estadounidenses no votan a una persona, votan a una idea"

  • La carrera de Alan D. Solomont se ha centrado en el "give back to the community" que pregonaron los Kennedy, por eso se ha centrado en cuestiones relacionadas con la asistencia sanitaria y la tercera edad. Ha visitado recientemente la Base de Rota para buscar "puntos de unión" entre España y Estados Unidos.

-Usted ha sido uno de los principales apoyos de Barack Obama y sigue manteniendo una estrecha relación con el presidente. ¿Recuerda cuándo se conocieron y cómo se dio cuenta de que tenía algo?

-La primera vez que escuché hablar de él fue en 2004, cuando estaba haciendo campaña para las primarias de Chicago. Me pidió ayuda pero me era imposible ir, aunque suelo acudir a un montón de actos de campaña... Después recuerdo la convención en Boston, donde fui con unos cuantos de mis estudiantes, que estaban locos por verlo... Y poco después, en enero-febrero de 2005, me llamó por teléfono. Teníamos, como es lógico, un montón de contactos en común y estaba interesado en que cenáramos en Washington. Mi avión se retrasó a causa de la nieve y él se quedó esperando en el restaurante. Cuando llegué, me dijo: "Creo que tenemos algo en común, señor Solomont. Ambos trabajamos organizando comunidades". Y lo supe en ese mismo momento. Supe de inmediato que ese tipo era especial. Y llamé a mi mujer, y le dije: "Ese Barack Obama es auténtico". Ya sabes, los políticos en general son...

-Sí.

-Eso -silencio, sonrisa-. Pero con Obama no tienes esa sensación: lo que ves es lo que hay. Y otra cosa muy importante es lo a gusto que te hace sentir siempre... ¿Sabes? Yo creo que cuando hay elecciones, los estadounidenses  no votan a una persona,  votan a un concepto. Y en las de 2008 el concepto, claramente, era cambio, y el mensaje de Barack Obama lo representaba.

-En su trayectoria puede verse la importancia del compromiso social, de responsabilidad civil. ¿De dónde cree que le viene ese sentido del otro?

-Crecí en los años sesenta, en Boston. En la Biblioteca y Museo JFK, hay una placa que dice: "A todos aquellos que, a través de la política, buscan un mundo nuevo y mejor". Probablemente fue eso. Y realmente, luego he podido experimentar cómo es posible hacer realidad estos ideales en la práctica. Y los años que he pasado asesorando y formando comunidades me han hecho ver y entender las luchas diarias de todos, de la gente normal y corriente, qué es lo que quieren y hacia dónde van.

-Como demócrata de larga tradición, ¿qué opinión le merece el discurso del Tea Party, arrogándose la defensa de los "auténticos valores americanos"? La experiencia nos enseña que es peligroso y resbaladizo asociar los valores nacionales a una sola ideología...

-Sí, buena reflexión. Quizá más que en otro sitio, en Estados Unidos se palpa la tensión entre un gran individualismo y un alto grado de responsabilidad por los que te rodean. Ambos están enraizados fuertemente en nuestra cultura. Ahora, por primera vez, la confianza en que tu hijo estará mejor que tú se ha roto. Esa certeza ya no existe, y la gente se pregunta qué va a ocurrir, cuándo cambiarán las cosas, y el cambio no está siendo tan inmediato como parecía. Este descontento es muy fácil de canalizar. Probablemente, el Tea Party tenga un gran impacto en las elecciones de noviembre, pero Estados Unidos es una gran democracia y siempre ha sabido responder a sus grandes retos .

-Estados Unidos afronta la creación de un sistema de salud público. Una cuestión, la de la atención sanitaria, que usted además conoce bien. ¿En qué modelos se inspira la futura sanidad estadounidense?

-Bueno, nos hemos inspirados en todos los países que cuentan con un sistema sanitario aceptable. La prioridad del programa presidencial era que se pudiera optar a un sistema de salud asequible, accesible y de buena calidad. Sí, es un reto complicado e importante, pero estoy seguro de que Barack Obama será capaz de llevarlo a cabo.

-¿Es muy difícil manejarse en un país cercano por tradición a una postura pro palestina representando a un país, como el estadounidense, más cercano a una postura pro israelí?

-No hay ningún problema. Ahora mismo, todos compartimos idéntico interés: la formación de dos estados que puedan convivir en paz. Aunque, por supuesto, hay facciones enfrentadas, el presidente está convencido de que es posible estabilizar la región y generar riqueza. De hecho, creemos que en un futuro Israel podría convertirse en un referente de crecimiento en la zona.

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