Inocencio Arias

"Rajoy es 38 veces más realista que Zapatero"

  • Este diplomático asegura que sin los atentados de atocha el ex presidente no hubiera existido y que es el peor de los cinco hombres de la democracia que han dirigido este país en política exterior.

Inocencio Félix Arias Llamas (Albox, Almería, 1940) comenzó en 1967 una de las carreras diplomáticas más importantes de España. Estuvo destinado en las embajadas de Bolivia, Argelia y Portugal. Fue secretario de Estado y subsecretario con el Gobierno de Felipe González, embajador de España en la ONU con Aznar (1997-2004) y portavoz de Exteriores con gobiernos de UCD, PSOE y PP. En la ONU presidió el Comité Mundial contra el terrorismo. Se retiró en 2010 como cónsul general en Los Ángeles. También fue director general del Real Madrid. Ahora ha publicado Los presidentes y la diplomacia (Plaza & Janés, 2012).

-Publica un libro que subtitula Me acosté con Suárez y me levanté con Zapatero.

-He estado en activo, como diplomático, con cinco presidentes de la democracia. Con los cuatro primeros trabajé más de cerca, y como muchos españoles, un día me desperté con Zapatero.

-¿Fue un sueño o una pesadilla?

-Ni una cosa ni otra. No fue agradable, pero tampoco lo considero un desastre. Zapatero fue el peor de los cinco, pero yo sólo me refiero a la política exterior.

-¿Por qué fue el peor?

-Porque era el más mediocre, el que tenía menos preparación y el que menos disfrutaba con la política exterior. Y eso se le notaba. 

-¿Quién fue el mejor?

-González y Aznar tuvieron más tiempo. Trabajé muy a gusto con ellos. González sería el más carismático y probablemente aquel en cuyo reinado el prestigio de España alcanzó su cénit. Pero Aznar fue muy respetado en el extranjero. Apreciaban algo que vale mucho, y es que tenía palabra. Cayera bien o mal, siempre cumplía lo que decía.

-¿Cómo definiría brevemente a Adolfo Suárez?

-Fue un seductor en un momento muy delicado. Fue como un encantador de serpientes, un mago.

-¿Y Leopoldo Calvo Sotelo?

-Un hombre serio, aparentemente más adusto de lo que era en realidad. Sin duda ninguna, fue el más culto, y el que tenía un sentido del humor más ácido, una ironía más fina. Fue injustamente postergado cuando su partido, la UCD, se desmoronó. Aunque estuvo poco tiempo, hizo algo importante, como fue la entrada de España en la OTAN.

-¿Qué destacaría de Felipe González?

-Quizás el más conocido internacionalmente. Supo tener buenas relaciones con personajes tan diferentes como el alemán Kohl o el ruso Gorbachov, que lo apreciaban. Tenía un caudal de simpatía en Iberoamérica muy considerable.  

-¿Y Aznar? Su política exterior fue polémica.

-Aznar no despilfarró el caudal de respetabilidad que tenía España. Lo mantuvo; y en lo tocante a mantener su palabra, fue muy apreciado. Alguien dijo que con la guerra de Iraq dilapidó las relaciones con el mundo árabe. No es cierto. Con  Marruecos tuvo altibajos, pero las relaciones fueron excelentes con Argelia y con Siria o Egipto. Fue demonizado. Yo, con Aznar, hago de abogado del diablo.

-¿Por qué lo defiende?

-No es que defienda los ejes de su política, sino que refuto las patrañas extendidas sobre su persona.

-¿A qué se refiere?

-Es una creencia que España participó activamente en la guerra de Iraq. Esa es la primera falsedad. Aznar apoyó políticamente la guerra, pero nuestros soldados no lucharon en la contienda.

-¿No se equivocó al apoyar una guerra tan impopular?

-Otra patraña  es que Aznar apoyó a Bush a sabiendas de que era falso que en Iraq hubiera armas de destrucción masiva. Aznar creía que existían esas armas, porque entonces lo creían incluso los dirigentes mundiales que estaban en contra de la guerra. Aznar no mintió.

-¿La foto de Aznar en las Azores fue un error?

-La foto de las Azores, a posteriori, resultó muy perjudicial para el PP. Ante los españoles, fue la lupa sobre un cóctel que unió la guerra de Iraq con los atentados de Atocha. Eso movilizó en contra del PP a gente que no iba a votar.

-Es la teoría de que Zapatero ganó al PP beneficiado por los atentados…

-En mi opinión, y yo eso lo defendería el día del Juicio Final, sin los atentados de Atocha, Zapatero no hubiera existido como presidente. Hubiera perdido las elecciones ante Rajoy y después sus compañeros lo hubieran desplazado como líder del PSOE.

-Pero ganó y retiró las tropas españolas de Iraq.

-Otra patraña que se dice es que Aznar colocó las tropas en Iraq de forma ilegal. Es posible que Zapatero hiciera bien en sacarlas de allí, pero ninguno de sus palmeros y corifeos puede decir que estuvieran allí de forma ilegal. La ONU había votado a favor, no de la legalidad de la guerra, pero sí de la presencia posterior de tropas. Y lo votó el Consejo de Seguridad, de forma unánime.

-Usted es muy crítico con Zapatero. Incluso por no saber idiomas...

-Por los idiomas no lo acuso. Otros tampoco sabían idiomas. Rajoy tampoco sabe. Lo critico porque no encontraba solaz en sus salidas al exterior. Eso unido a aventuras que no han conducido a nada, como la Alianza de Civilizaciones, o su flechazo con Obama.

-También nos recuerda que Obama no vino a España.

-No fue por nada personal contra Zapatero, sino que Obama no vino porque no era su prioridad. Zapatero sólo era uno más de sus pretendientes. No vino porque tenía otras 32 prioridades.

-¿Rajoy qué le parece?

-Rajoy es 38 veces más realista que Zapatero. Pero tiene un toro gordo delante. Ha tomado medidas serias e impopulares aquí; sin embargo, se han quedado cortas para Europa. El tema de Bankia ha erosionado su credibilidad. Pienso que Rajoy no tenía las cifras reales cuando llegó al cargo.

-¿Desconocía la situación?

-Lo engañaron. España estaba peor de lo que él creía.

-¿Con Merkel hace falta una mejor diplomacia?

-Tal vez hayamos tenido alguna pequeña metedura de pata, como las declaraciones del ministro de Exteriores, al que le gusta hacer títulos. Yo no creo que Rajoy esté mal en las relaciones con Merkel. Ella tiene disensiones mucho más fuertes con Hollande que con Rajoy.

-¿Añora su carrera diplomática, tras jubilarse?

-No mucho. Lo he pasado bien en mi profesión, lo vivía con apasionamiento, pero las etapas de la vida se cierran. Al jubilarme, he descubierto mi libertad para expresarme, que no la tenía en mi carrera diplomática. 

-¿Antes no opinaba?

-Antes no podía decir nada de Zapatero y ahora sí. Ahora, cuando veo que este Gobierno tiene una política de comunicación tan mediocre, lo digo, y antes no.

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