Huelva

La Amargura y Emigrantes

  • La Virgen fue nombrada hermana mayor honoraria y la carreta todos los años para en la Concepción. El primer lugar donde estuvo el Simpecado fue en la calle Blanca Paloma.

Las hermandades marcan aspectos importantes de su caminar por los lazos de confraternidad, en la unión con otros colectivos. Es la vida que se amplía y tiene un latido más amplio, es una caja de resonancia de lo que son. Eso se vivió entre la Hermandad de Emigrantes de Nuestra Señora del Rocío y María Santísima de la Amargura, con su Hermandad del Nazareno. Esa unión entre dos corporaciones quedó exteriorizada hace ahora tres décadas.

Hay hechos que por sus importancia se celebran de manera excepcional y sirve para guardar en la historia más cercana lo que supuso, en este caso, el gesto de cercanía que conllevaba esta unión entre el Rocío de Emigrantes y la Amargura. La Hermandad del Nazareno venía celebrando en 1983 el 400 aniversario de su fundación con diversos actos. Una parte importante de ellos estuvieron dirigidos a exaltar la figura de María Santísima de la Amargura, fiel compañera del Señor que camina en la Madrugada eterna de Huelva. Entre aquellos actos se encuentra el traslado el 2 de diciembre de 1983 a la capilla de las Hermanas de la Cruz para celebrar solemne triduo de acción de gracias por esta efemérides, con función principal el día 8, festividad de la Inmaculada. La Hermandad de Emigrantes se sumaba a todos estos actos y nombró hermana mayor honoraria a María Santísima de la Amargura. De esta forma aparecía un nuevo lazo rociero, junto con la imagen de la Virgen del Rocío que luce la Amargura en el frontal de su palio.

Ese gesto de cercanía que conllevaba un agradecimiento quedó rubricado con la presencia de la Virgen de la Amargura en la puerta de la parroquia de la Purísima Concepción para recibir a la Hermandad de Emigrantes en su camino hacia la aldea almonteña en la mañana del Miércoles de Rocío, 6 de junio de 1984. La Amargura quedó un poco antes del dintel de la puerta, la jornada estaba de lluvia, pero el momento fue único e irrepetible. El bendito de Pepe Borrero entonó la salve y fueron muchos los vivas. Allí estuvo Huelva Información y hoy lo recordamos con esta fotografía, en ese momento en el que se vuelve la carreta de la concha peregrina ante la Virgen de la Amargura. Esta unión rociera se sigue manteniendo y la Concepción vive cada año el paso de las hermandades con intensidad, movida por su párroco, Diego Capado, que fuera capellán del Rocío, instalando un altar con la imagen de la Virgen del Rocío de la parroquia. Aquí se le reza la salve y acude corporativamente la Hermandad del Nazareno.

Volver a los orígenes

La Hermandad de Emigrantes vive hoy un momento muy especial, se escribe una página en la historia de la hermandad. Es la primera vez que una mujer, Belén Requena, es presidenta de la hermandad. Experiencia no le falta, pues ya ocupó el cargo de hermana mayor en la romería. Este año será presidenta cuando la propia junta asume el puesto de hermano mayor.

Este hecho rociero viene de alguna forma como a reubicarse en un lugar muy especial. Belén Requena ha querido llevar este año la comitiva rociera a su calle con más historia, la de la Blanca Paloma en la barriada del Rocío, donde vivió la hermandad sus primeros años, cuando todo era más difícil aunque las ilusiones nunca faltaron, ellos acogieron el Simpecado cuando vinieron de Bocholt (Alemania). Luego todo se instaló en la parroquia de los Dolores, acogidos por el bueno de don Manuel López. La Plaza de los Dolores era el arranque en ese largo camino, quedando Huelva como abrazada por un cordón rociero, ya que de las Colonias se venía hasta esta calle y la parroquia del Rocío, pasando por lugares tan hermosos como la Plaza de San Pedro. La inauguración de la casa de hermandad en el Molino de la Vega llevó a acortar le recorrido y se dejó en el corazón rociero la Blanca Paloma, en 1998. Hoy ese latido despierta con Emigrantes y su primera presidenta.

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