Presentación de las hermandades

Las filiales, a los pies de la Señora

  • El frío marcó el acto más señero del sábado de romería, en el que los simpecados y miles de peregrinos saludaron a la Patrona de Almonte desde la puerta de la ermita marismeña.

Mañana fría junto a la marisma rociera. "Parece la Candelaria (en febrero), en vez del Rocío", apuntaba una almonteña. Los tamborileros y el tañer de las campanas anunciaban que había llegado uno de los instantes más señalados de la romería, el de la presentación de las filiales. El himno patrio daba la bienvenida a los miembros de la junta de gobierno de la Hermandad Matriz y a las autoridades, que se apostaban bajo la espadaña de la ermita, dispuestos a recibir a las 80 filiales más antiguas. 

Llegó la hora, la del Ángelus, y tomó la palabra el párroco de Almonte, José García, quien saludó antes de los rezos a las otras 32 hermandades que se postraron ante la Blanca Paloma en la jornada del viernes, por primera vez en la historia. Habló también, antes de que diera comienzo la ceremonia propiamente dicha, el presidente de la Matriz, Juan Ignacio Reales, para dar la bienvenida a las dos nuevas filiales que atesora la congregación almonteña, las de Chipiona y la Castrense de Sevilla, y su más sincera felicitación a la de Triana por su bicentenario, a la de San Juan del Puerto por su centenario y a las de Osuna y Valencia, que cumplen 25 años. "Vivamos con el corazón alegre y con agradecimiento este Pentecostés", concluyó, dando paso a los primeros vítores de la jornada.

 

Como cada año, abrió el cortejo de la presentación la más antigua de las filiales, la de Villamanrique de la Condesa (Sevilla). Acompañada por la Hermandad de Vitoria (Álava) llevó a su Simpecado, rodeado de rosas rojas, ante la Virgen del Rocío. Plegarias y vivas se sucedieron para despedir a la carreta y a los peregrinos que atesora la vetusta congregación. Lo propio hizo también la segunda en liza, la Hermandad de Pilas (Sevilla), que estuvo acompañada por la Agrupación de Marchena y la Hermandad del Principado de Asturias.

 

La primera representante de Huelva, la filial de La Palma del Condado. Los jinetes abrían la comitiva, conformada no sólo por palmerinos, sino por los de la Hermandad de Hortaleza (Madrid) y los de la Asociación de Valencina (Sevilla). Flores rojas para adornar la espectacular carreta del longevo Simpecado palmerino. El boyero consiguió, a base de maña, que los bueyes se pusieran de rodillas. 

 

Más allá de las 12:30 pasaba a saludar a la Blanca Paloma la Hermandad de Moguer. Exornos y cintas rojiblancas para acompañar al estandarte de plata de la filial, el primero de los simpecados con la imagen mariana en relieve. Los rezos emocionados de los presentes -había menos público que otros años- dieron la bienvenida a la congregación, que pese a algunos problemas con los bueyes (se oponían a subir la rampa de entrada a la ermita), consiguió hacer su presentación con todos los honores. 

 

Los bueyes se negaron, eso sí, a arrodillarse y dieron marcha atrás precipitadamente, a toda velocidad, aunque afortunadamente no arrollaron a los peregrinos que se encontraban viendo la presentación tras la carreta del Simpecado. En la hilera de carretas moguereñas también viajaban miembros de la  Hermandad de Barajas (Madrid), ahijada de la onubense. 

La hermandad gaditana de Chipiona, en su primer año de vida, se presentó ante la Matriz bajo el ala de su madrina, la quinta más antigua de la romería, la de Sanlúcar de Barrameda. 

 

Y desde Sevilla, en el sexto lugar, una de las más esperadas, la de Triana. La filial hispalense, que cumple ahora los 200 años de su fundación, inició el recorrido precedida por sus hombres y mujeres a caballo en torno a las 13:15. Los romeros, quizá aturdidos por el frío invernal o desarmados por el camino de ida, este año no jaleaban con la misma pasión de otros años. 

 

Pero todo cambió cuando su Simpecado subió la rampa de la ermita para saludar a la Patrona de Almonte. Al grito de "Triana, Triana, Triana", los rocieros empujaron la carreta hasta colocarla bajo el dintel del templo y entonaron su tradicional salve: "Aquí estamos otra vez para decirte que te queremos, otra vez, para cantarte por sevillanas otra vez, para llorar ante tu mirada; te pedimos otra vez que nos concedas la gracia, otra vez, de volver a besar tus plantas otra vez y otra vez llorar ante tu mirada". Fue un instante breve pero intenso que se volvió a repetir al final del cortejo, cuando un grupo de peregrinos a pie se metió hasta la puerta de la ermita para entonar el cántico.

 

Después del paso de las hermandades sevillanas de Umbrete y Coria del Río arribó otro de esos instantes señeros del sábado rociero: la presentación de la Hermandad de Huelva. Eran las 14:10 cuando los tamborileros anunciaban su entrada por la explanada del templo. Centenares de caballos, chaquetas blancas, medallas al cuello. Y un rosario de volantes y flores de colores. Emoción en las miradas onubenses.

 

La ocasión era especial. La ahijada de Huelva, San Juan del Puerto, celebra su primer centenario fundacional, motivo por el que desfilaron juntas, en lugar de hacerlo una detrás de otra, como es habitual. Las dos carretas se situaron en paralelo y así, entre vítores y aplausos, viraron hasta colocarse de cara a la Blanca Paloma. "¡Huelva, Huelva, Huelva!", retumbaron al fin en la aldea las palmas onubenses, aderezadas también por las de los peregrinos de las filiales de Salamanca y Alosno. El hermano mayor de la hermandad capitalina, Manuel Díaz, gritó con el hilo de voz que le quedaba una salve de vivas para la Virgen del Rocío. Las campanillas de la carreta de plata jugueteaban con el aire, haciéndole los coros a las del campanario del templo. Con la despedida, un séquito interminable de carretas desde las que sonaban alegres sevillanas del camino. Eran las 14:45 y todavía no había pasado la siguiente filial, la de Rociana del Condado (11).

 

En el puesto 14 saludó la de Trigueros, a las que siguieron Hinojos (19), Bonares (20), Bollullos (22), Valverde (23), Gibraleón (24), Lucena (27), Punta Umbría (34), Palos de la Frontera (37), Emigrantes (38), Paterna (39), Villarrasa (44), Isla Cristina (45) y Ayamonte (53). La última filial en desfilar ayer ante la Hermandad Matriz fue la de Valencia, la número 80.

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