El Puerto

Una aventura diferente a pedales

  • Amor Alonso y Ángel García recorrieron 2.200 kilómetros en 66 días

Muchas ganas y una pizca de ilusión fueron los condimentos que ayudaron a la pareja de ciclistas María del Amor Alonso y Ángel García a sumergirse en una ruta que se inició el 13 de junio en Torrelavega, Cantabria, y finalizó en El Puerto de Santa María. Juntos recorrieron 2.200 kilómetros en 66 días montados en sus bicicletas, donde llevaban alforjas en la parte delantera y trasera así como tiendas de campañas, hornillos para preparar la comida sobre la marcha y ropa tanto de verano como de invierno. Y es que la pareja decidió viajar de una forma poco frecuente ya que "no nos quedamos en campings, ni comemos en restaurantes, lo que supone un peso adicional en nuestras bicicletas" explica Ángel García.

Conocieron el Canal de Castilla, Palencia y el norte de Zamora, concretamente la Sierra de la Culebra, y entraron en Portugal por Alcañices. Al salir de Cantabria se desató un temporal de lluvia y viento que dificultó su camino. Atravesar la zona de montañas también fue todo un reto debido a las altas temperaturas. A esto se añade que Amor Alonso aprendió a montar en bicicleta hace tan solo ocho meses, un tiempo escaso para las características de esta aventura. "Había momentos en los que teníamos que bajarnos de la bicicleta e ir andando porque no éramos capaces de subir con el peso", comenta Ángel García.

El trayecto desembocó en Portugal, donde se desarrolló la mayor parte del viaje. Tras cruzar Coimbra, alcanzaron la costa, en Figueira da Foz. Ángel García cuenta que en un principio se plantearon hacer la vía de la Plata, sin embargo les recomendaron transitar la costa portuguesa. A partir de aquí pedalearon por multitud de pueblos y ciudades como Nazaré, Sintra, Cascais, Lisboa, Setúbal o Sines llegando al Cabo de San Vicente, Lagos, Portimáo y Faro. Los ciclistas encontraron mayor libertad a la hora de acampar en este tramo. "Queríamos ir tranquilamente sobre todo disfrutando del camino, no teníamos prisa", añade el deportista.

La ruta continuó en Vila Real de Santo Antonio hasta Ayamonte y Matalascañas, por donde entraron en España. Acompañados por un clima favorable, los aventureros se cruzaron con numerosas personas que les invitaron a comer y a dormir en sus casas. "Hay mucha gente muy generosa que te ofrecía lo que tenía", dice Ángel García.

Posteriormente, dejaron caer las ruedas de su medio de transporte en una playa virgen de 22 kilómetros situada en el Coto de Doñana, donde embarcaron para alcanzar Sanlúcar de Barrameda. La experiencia llegó a su fin el 18 de agosto cuando llegaron a la localidad portuense, donde el ciclista se había criado. "Queríamos llegar allí, donde está mi madre", añade.

A sus 48 y 53 años, la pareja ha disfrutado de una experiencia "dura pero muy grata" por lo que recomiendan a todos a adentrarse en este tipo de aventuras. Para ellos, la edad no es un obstáculo para viajar y acercarse a la naturaleza. "Es muy recomendable, te hace perder mucho el miedo a lo que va a ocurrir" explica el ciclista. Los curiosos pueden echarle un vistazo a su perfil de Facebook 'Ángel García Jaime' en el que ha publicado fotos y vídeos de la ruta.

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